miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ghana

Gye Nyame (Unless God)


Al entrar en Ghana pasamos de ser "toubas" a "obraunis", "pastor", "bafano" o "mamon".
Aquí se esta celebrando el 50 aniversario de la independencia, además están cambiando su antigua moneda y en enero albergaran la copa africana de naciones de fútbol. Sin duda un año cargado de eventos importantes para el país. El logotipo para su aniversario es un "50" con el símbolo asanti Gye Nyame en lugar del "0". Gye Nyame, unless God, el poder de dios. Hasta ahora casi todos los fanáticos religiosos que habíamos encontrado eran musulmanes, en el sur de Ghana hemos encontrado los primeros fanáticos católicos. Para nosotros, los fanatismos religiosos son todos igual de malos, aunque con la aparición de los católicos se añade el consumo de alcohol, como os podéis imaginar esto tiene su parte positiva y negativa. Sirva como ejemplo el que cada fin de semana sea muy común ver enormes grupos de gente vestidos de rojo y negro que celebran el funeral o el aniversario de la muerte de alguien en plena calle, siempre acabará en borrachera y, si se esta en una zona con playa a la vista, con baño en el mar.

En el norte del país, de mayoría musulmán, no es tan común este tipo de celebraciones. Y es que entre el norte y el sur no hay solo diferencias paisajísticas (en el norte se encuentra la savana mientras que el sur es selvático en algunos puntos) sino sobre todo económicas. Como pudimos comprobar en Costa de Marfil, estas diferencias se pueden encontrar en el resto de países de esta zona de África. En algunas calles de Accra se puede reconocer a mucha gente que viene del norte por sus marcas faciales que están dedicados a los trabajos mas duros y menos valorados, en otras calles se ven casas protegidas por alambres de espinos y enormes coches con cristales tintados que pertenecen a algunos ricos del sur. Lo peor en muchas ocasiones es ver el trato que muchos "nuevos ricos" ghanianos dan a sus compatriotas menos afortunados.

Hemos detectado que Ghana es uno de los países con mayor nivel económico del oeste africano, tal vez sea por eso que se ha desarrollado una enorme industria cinematográfica, principalmente dominada por gente en Accra y Kumasi y cuyos principales temas abordan la brujería vs. dios, el adulterio y el dinero. Esta bonanza económica del país se puede ver en la cantidad de vehículos privados que inundan todas las carreteras y caminos. Y es que la gente de Ghana viaja mucho, también lo hacen en trotro, camionetas destartaladas que alcanzan velocidades sorprendentemente vertiginosas.

De todas las curiosidades del país nosotros destacamos la costumbre que tienen de uniformarse con diferentes y vistosas telas que incluyen como estampado un logotipo del lugar de trabajo, así podemos encontrar la tela del hospital de Kumasi, la de los profesores de secundaria... Otra costumbre que se extiende por toda África , pero que aquí alcanza límites insospechados es la de llevar la carga en la cabeza, hay quien asegura haber visto a alguien transportando hasta una nevera. Hay gente que tiene esto como profesión, aquí en Accra se ven muchas jóvenes con una gran palangana que por un módico precio transportara los bultos del que no tenga esta habilidad.

Y como no hablar de las comidas, aunque no están a la altura de las de Costa de Marfil, hay algunas que se pueden salvar. El fufu, primo hermano del foutou marfileño, es una comida recomendable, aunque dependiendo del cocinero la sopa que lo acompaña puede estar mas o menos picante. No tan recomendable es el kenkey, una masa de maíz fermentada con un sabor bastante agrio, acompañada normalmente de un pescado ahumado y seco. El arroz también es un plato básico, se puede encontrar blanco, frito y jollof (similar al thiebouyene senegalés pero mas picante) acompañados de carne de pescado, pollo, cabra o vaca. Otras comidas típicas son el redred (pasta de judías pintas y una especie de espinacas con plátano frito) y el banku (otro fermento, en este caso de casava, que suelen acompañar con una sopa de pimienta y carne). A los desayunos se ha incorporado el te con crema de leche y un pan dulce que tuestan con la tortilla.

Como veis el país tiene muchas cosas buenas y malas, y en esta ocasión nos vamos a despedir con una mala. No nos ha gustado en absoluto la filosofía ultramaterialista que tienen la mayoría de la gente de este país, aquí el dinero vale mas que las personas, y la presión sobre el blanco es todavía mayor que en Senegal y en seguida buscan sacarle los cuartos. Es habitual ver a gente gritándose e incluso pegándose por unos miles de los antiguos cedis, en algunos momentos es inevitable ponerse a su altura, aunque afortunadamente nunca hemos llegado a las manos y en su lugar hemos utilizado la cabeza (¿verdad Nilo y Ester?).

Desde Madrid.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Fuerte Buena Esperanza - Tutu

Fuerte Buena Esperanza - Kokrobite - Accra - Tutu
Días del 184 al 200



Lo conseguimos, pudimos llevar a cabo nuestro taller teatral en África. Desde el Fuerte Buena Esperanza no nos quedaban muchos kilómetros en bicicleta hasta la capital de Ghana, pedaleamos paralelos al mar e hicimos una parada técnica en la localidad costera de Kokrobite; una de las mejores playas cercanas a Accra. Esta última, como toda gran ciudad que se precie, nos recibió con un gran atasco de entrada a los 20 km del centro, aunque fue un poco peligroso y, por supuesto, caótico, conseguimos esquivar taxis, tro-tros y coches particulares hasta escapar del embotellamiento. Una vez mas la bicicleta se destaca como un medio de transporte no solo poco contaminante, sino ademas rápido en las ciudades.

Una vez aquí solo nos quedaba esperar un par de días para recibir un gran premio, Ester (la hermana gemela de Nuria) y Nilo (buen amigo y compañero de fatigas teatrales) venian a pasar una semana con nosotros y aunque la niebla les retuvo un día en Casablanca pudieron llegar sin mas sobresaltos. Ya con ellos nos acercamos a Tutu donde Alex y Patricia estan trabajando como voluntarios en el orfanato de "Trinity Home Foundation". Allí y gracias a ellos dos y a Sofía y Maria Jose y con la ayuda de Nilo y Ester pudimos jugar con los niños y niñas del orfanato y hacerles pensar un poco en su futuro a traves del teatro. La experiencia ha merecido los mas de 6000 km en bicicleta, es una lastima que no haya cuajado con anterioridad y haberla vivido mas veces. Entre pilotos, médicos, conductores de tro-tros, policías y cantantes de canción española nosotros nos quedamos con Lukia, una pequeña de unos 6 años, que quiere llegar a ser un "Ser humano". En estos mas de 6 meses nos hemos encontrado con muchas personas y no muchos se han portado como seres humanos. Suerte Lukia y ojalá muchos niños como tu quieran llegar a ser seres humanos y buena gente.



Después de Tutu le enseñamos a Ester y Nilo lo que mas nos habia gustado de Ghana y volvimos a visitar a algunos antiguos amigos que se alegraron de volver a vernos. Gracias por venir a vernos, ha sido una semana inolvidable, dentro de poco en España nos volvemos a ir de excursión, hasta dentro de 13 días.

Desde Accra.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.

Nuria e Ivan.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Winneba - Fuerte Buena Esperanza

Días del 181 al 183
Winneba - Fuerte Buena Esperanza
Total: 40,50 km

Total acumulado: 8.599,50 km

La vida nos sorprende muchas veces con extrañas casualidades. No conocíamos su existencia al salir de España y mucho menos que estaba a mitad de camino del que era nuestro destino original. Pero cuando mas lo necesitábamos ha aparecido en nuestra ruta, el Fuerte Buena Esperanza. Que mejor sitio para dejar a buen recaudo nuestro proyecto, junto al mar, donde muchas cosas acaban y otras muchas empiezan. Ya os habíamos dicho que íbamos a hacer un punto y seguido en el viaje, quien sabe si para retomarlo mas adelante, y como queriendo afianzar nuestra decisión apareció el fuerte.

Mirándolo fríamente, no es que tenga mucho encanto, aunque sin duda ese lugar que perfectamente podría ser uno de los mas pobres de toda África quedara grabado en nuestros corazones para siempre.

El fuerte conserva en algunas partes el suelo original de principios del siglo XVIII; debajo de una de las tablas guardamos una caja imaginaria con los retales de lo que hemos vivido en este gran y duro continente que es África, tal vez comparta espacio con los deseos de un amargado soldado holandés o con los sueños incumplidos de alguno de los esclavos que fueron trasladados lejos de su tierra natal.

Todavía nos quedan unos 100 km a Accra; la visita de un buen amigo y una hermana gemela; la esperanza de hacer nuestro taller con Sunrise África, los amigos de Alex y Patricia y un paseo por este país pero esperadnos, el 1 de diciembre estamos de vuelta en Madrid.


Desde Fuerte Buena Esperanza.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Kumasi - Winneba

Días del 167 al 180
Kumasi - Cape Coast - Abandze - Apam - Winneba
Total: 112,50 km
Total otros transportes: 224,00 km

Total acumulado: 8.559,00 km

Casi recuperados de la malaria cogimos un tro-tro (furgoneta que hace las veces de transporte publico en Ghana, mas barato y divertido que las grandes líneas de autobuses) a Cape Coast, nuestra forma física todavía no es la optima y cicleando por la costa encontraremos mas facilidades.

A nuestra llegada el mercado de Kotokuraba estaba en plena ebullición, y dado que el tro-tro nos dejo allí, cargamos nuestras bicicletas y encontramos la salida preguntando a una enorme y simpática mujer que vendía unos gigantes pescados frescos y que perfectamente podría haber capturado a manotazos. Poco a poco dejamos atrás el mercado y de igual manera el océano fue apareciendo tras los patios de unas cochambrosas viviendas. Cape Coast guarda como tesoros su castillo y algunos edificios coloniales de la época en la que ostentaba la capitalidad del país, lamentablemente ahora es una de las ciudades mas sucias del África que conocemos. No ayuda mucho que sus playas se conviertan en vertederos de basura y en letrina publica al atardecer, y no precisamente para aguas menores. Es verdaderamente desagradable que las costas de Ghana se llenen de "cagones" que otean el horizonte marino pensativos, pero al fin y al cabo ese residuo "desaparecerá" en poco tiempo, no así los montones de bolsas de plástico, botellas, zapatos, envases... que encontramos flotando en el agua del océano. Que paradoja, en el castillo de Cape Coast nos contaron como los 1300 esclavos que salían cada seis semanas hacia las Américas vivían y dormían encerrados sobre sus propios excrementos.

Desde Marruecos llevamos deseando deciros que uno de los mayores problemas ambientales a los que se enfrenta África es el tratamiento de los residuos plásticos y vidrios, siendo totalmente conscientes de que nosotros hemos contribuido con residuos que no podemos transportar hasta Europa para ser tratados, este asunto tiene difícil solución.

La costa de Ghana alberga un buen numero de fuertes y castillos construidos por los europeos que se utilizaban como almacén de los bienes que se obtenían de la Costa del Oro: oro, marfil, esclavos, cacao, etc. Ahora se pueden visitar y pasar revista a la historia que albergan, nosotros llegamos pedaleando a Abandze, que alberga el Fuerte Amsterdam, lugar desde el que fueron trasladados a América los antepasados del musico Louis Armstrong. Hay que tener cuidado con el cara dura del guardián quien intentara cobrar mas del triple de lo debido por la visita y a quien su dentadura delataba como ajeno a cualquier parentesco con la familia Armstrong.
En Abandze unos europeos que nos echaron un cable con el alojamiento, por desgracia aun no es recomendable acampar a causa de las tormentas, dedicaban sus mañanas a una lucha perdida de antemano: limpiar la playa cercana a su negocio. Animo Neill y Susan!

Al día siguiente le tocaba el turno al Fuerte Paciencia (como la que hay que tener aquí en Ghana con algunos), donde además hay unos alojamientos muy básicos al servicio de los viajeros. Así fue como nos descubrimos paseando en plena noche con un candil por los entresijos de una fortaleza construida por los holandeses a finales del siglo XVII.

Intentando esquivar al sol sin lograrlo llegamos a Winneba, una ciudad universitaria que nos esperaba con una sorpresa, unas playas mas limpias. Aquí no hay ningún fuerte en ruinas pero se pueden encontrar las ruinas de lo que fue un complejo turístico al borde del mar, donde encontramos donde dormir a módico precio.

Desde Winneba.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

martes, 23 de octubre de 2007

Costa de Marfil

Un pais en la postguerra.



Sabiamos que la situación del pais hasta hace poco era de guerra, pero todas las fuentes que consultamos nos aseguraban que el conflicto belico habia cesado. Desde la entrada a Costa de Marfil fuimos conscientes de que la información en el exterior dista mucho de la realidad. El pais esta dividido en dos, el norte (por donde paseamos) tomado por los rebeldes y el sur controlado por las fuerzas leales al gobierno. Aunque la mayor parte de fuentes que se consulten atribuiran el conflicto a las diferencias religiosas entre musulmanes (al norte) y cristianos (al sur), es este un conflicto que nace del abandono de la mitad norte del pais por los sucesivos gobiernos centrales, según nos cuentan los habitantes de esta zona.

A pesar de encontrar rebeldes armados a lo largo de todo nuestro recorrido, con la sensación de inseguridad que ello conlleva, casi todo el mundo nos recibio con los brazos abiertos allá donde paramos. Suponemos que ser dos de los primeros "tubas" que vuelven al pais despues de mucho tiempo ayudo. Asi, solo podemos hablar bien de los civiles marfileños, esperamos que no se les pegue la codicia de algunos uniformados.

Aun con situacion de postguerra de por medio, en Costa de Marfil se puede volver a disfrutar comiendo. Dignos de mencion son el foutou (pure espeso de ñame que se come acompañado de una salsa) y el attieke (fibras de mandioca ligeramente tostadas que estan deliciosas en ensalada con verduras y huevo duro).

En la embajada marfileña en Dakar un enorme cartel rezaba "Costa de Marfil a vuelto", si no lo ha hecho pensamos que esta bastante cerca.

Desde Kumasi.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Bouna - Kumasi

Días del 147 al 166
Bouna - Bole - Kumasi
Total: 73,00 km
Total otros transportes: 325,00 km

Total acumulado: 8.222,50 km

Han pasado ya 19 días desde nuestra ultima conexión, 19 días que os hemos dejado sin noticias, 19 días de preocupación, 19 días en los que nosotros no lo hemos pasado del todo bien.

Pero continuemos desde Bouna, en la añorada Costa de Marfil. Quien nos iba a decir que aquel día íbamos a tener mas problemas en la entrada a Ghana que con los rebeldes a la salida de Costa de Marfil. Después de 35 km por un camino de tierra que, gracias a que no pasaba ningún coche por el se mantenía en buen estado, llegamos al Volta Negro, donde el rebelde que hacia las veces de aduanero nos invito a continuar el camino hacia la piragua que cruzaba a Ghana sin moverse de su hamaca. Dos forzudos subieron nuestras bicicletas a la piragua y cambiamos de país.

Nos las prometíamos muy felices en Ghana, sin puestos de rebeldes armados cada 50 km, pero en el puesto fronterizo nos encontramos con los tres primeros inútiles del país. No sabemos porque razón, aunque intuimos que por no darles dinero, los policías de inmigración nos retuvieron mas de una hora en sus oficinas y decidieron que el único que tenia potestad para sellar nuestro pasaporte era su jefe en la ciudad de Bole, a donde nos dirigimos en las peores horas de calor. Una vez allí dinos con el jefe del servicio de inmigración que se llevaba las manos a la cabeza al comprobar la inutilidad de sus subordinados ya que para sellar nuestro pasaporte teníamos que regresar al Volta Negro. Dejamos todo en manos de Francis, el jefe, y las bicicletas a buen recaudo e hicimos una excursión de dos días a la reserva de Mole.

Además de ser el pueblo mas cercano a la reserva, Larabanga, alberga la mezquita mas antigua de Ghana. Sus habitantes no están dispuestos a no sacar tajada de la casualidad e intentan cobrar a precio de oro el pasear al rededor de la mezquita. Afortunadamente la entrada a Mole merece, y mucho, la pena. Fue fácil observar elefantes, varias especies de antílopes, facoceros, babuinos (uno de los cuales salto sobre nuestra tienda destruyéndola como merengue), y algunas especies de aves.

A nuestro regreso a Bole nos esperaban nuestros pasaportes sellados y una complicada malaria que paso Ivan y nos dejo en la ciudad mas del tiempo previsto. Después de varios días con fiebre y de inyectar quinina directamente en sangre, no nos encontrábamos con fuerzas para coger las bicicletas hacia Kumasi pero necesitábamos salir de Bole. Pudimos subirnos, con todo el equipo, a un autobús que viajaba a Accra y Nos bajamos en Kumasi, la capital Ashanti. Allí aun nos esperaba la peor parte. Ahora era Nuria la que tenia malaria y estaba mas desarrollada, así que el medico decidió dejarla ingresada en el hospital. Nunca se sabe que es mejor ya que la incompetencia de las enfermeras estuvo a punto de costarnos bastante cara. Ellas le dieron gracias a Dios por la recuperacion de Nuria, nosotros se las tenemos que dar a Abdul, el medico que trato a Ivan y que nos ensenio cual debe ser la evolucion y el tratamiento de la malaria en un europeo que la tiene por primera vez. Aunque ya estamos recuperados, pero bastante débiles, estos últimos acontecimientos nos han mostrado el precio que no estamos dispuestos a pagar. Vamos a poner un punto y seguido en el proyecto. Seguiremos informando.

Desde Kumasi.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

PD. Lamentamos los dos ultimos post sin fotos pero las conexiones por aqui no dan para mucho mas.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Ferkesedougou - Bouna

Días del 141 al 146
Ferkesedougou - Sikolo - Kafolo Bac - Tehini - Bouna
Total: 303,00 km

Total acumulado: 7.824,50 km

Fidel, el dueño del hotel Kofikro en Ferkesedougou quiso que le llamáramos a nuestra llegada a Bouna, el camino es muy malo y le asustaban sobretodo los rebeldes y los asaltantes de caminos que son bastante activos en la ruta que vamos a seguir. Abandonamos la ciudad cuando aun no había vida en el enorme mercado, pasamos sobre las vías de tren que unen el norte del país con Abidjan y enfilamos 300 km de camino de tierra roja, comparable a la peor pista que os podáis imaginar en el medio rural español. A los pocos kilómetros los dos primeros camiones atascados en el barro, no sabemos como se atreven a transportar tanta mercancía por estos caminos. Uno de los camiones llevaba atascado tres días y los pasajeros que viajaban en él rezaban para que llegara lo antes posible algo de ayuda. Paramos a comer a la sombra de un árbol donde varios tipos de moscas y mosquitos se volvieron locas al ver carne fresca, engullimos nuestras conservas y salimos escopetados. Algo mas adelante, en una pequeña aldea, nos ofrecieron una sombra y algo de agua. Algunos de los niños mas pequeños huyeron despavoridos al vernos llegar, no habían visto un blanco en toda su vida y parece que el primero les había causado cierta impresión. Al atardecer llegamos a Sikolo, era día de mercado y los rebeldes del puesto de la entrada eran bastante celosos de su trabajo. Llamaron al comandante Salomón cuando les preguntamos si había algún sitio para dormir en el pueblo. Como ellos se encargaban de la "seguridad" en la zona pensaron que lo mas acertado era que durmiéramos en su pequeño cuartel y como camaradas nos ofrecieron comer de su mismo plato.

Una enorme tormenta nos regalo dos horas mas de sueño y nos hizo dudar de nuestra llegada a Kafolo, pero ni el agua ni el camino tortuoso impidieron que llegáramos extenuados a nuestro objetivo del día, la puerta de entrada al Parque Nacional de la Comoe. Allí Yako y toda la plantilla nos esperaba con los brazos abiertos. El Comoe Safari Lodge es un campamento de lujo, pero los últimos años de guerra en Costa de Marfil lo tienen en reconstrucción. Es por eso que pudimos disfrutar de el a precios populares, en palabras de Yako, lo que pudiéramos dejar para los trabajadores. Todo el mundo en el pueblo estaba encantado con nuestra llegada, que parece augurar que vienen tiempos mejores y que la guerra, por el momento, ha terminado. Se volcaron con nosotros, por el día un paseo en todoterreno por el Parque sin mucho éxito en el avistamiento de animales, o un paseo en piragua por el río Comoe, por la noche degustación en familia de los platos locales: foutou, attieke y varias comidas y sopas hechos a base de maíz; nosotros les enseñamos a poner un toque de canela y azúcar en la nata que se tomaban a cucharadas. Una de las tardes que reposamos con ellos escuchamos varios disparos, un hipopótamo había sobrepasado los limites del Parque y estaba zampándose un cultivo de arroz. Al contrario que en Senegal, donde hace falta una orden presidencial para disparar sobre un animal en el Niokolo Koba, aquí pudimos ver a un hipopótamo con mas de 20 disparos que intentaba, sin éxito, volver al río Comoe.

Aunque nos hubiera gustado pasar mas días con nuestros amigos del Campamento, nuestro camino debía continuar. Les dejamos cuando las existencias de harina y arroz en el pueblo comenzaban a escasear, el camión que debía traer las provisiones había volcado en el camino a causa del barro.

Un largo día nos llevo a Tehini, donde un guarda, de origen lobi, nos permitió montar la tienda bajo techo, en el garaje de la Misión Católica abandonada, las hermanas estaban en Burkina donde la situación esta mucho mas tranquila.

El camino comenzaba a mejorar ligeramente, esto nos animo a aventurarnos a llegar en un solo día a Bouna, a 93 km de Tehini, y a un paso de Ghana. La llegada a Bouna nos recordaba a esa película en la que Paco Martínez Soria migra del campo a Madrid, habíamos vuelto a la civilización. En todo caso, a pesar de estar en la ciudad, las únicas líneas telefónicas que funcionaban eran las de móviles para llamadas nacionales, así pudimos escuchar a Fidel muy contento de que hubiéramos podido llegar a Bouna sanos y salvos.

Desde Bouna.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.Nuria e Ivan.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Mali

El país de las dos ruedas.

Alguien, en alguna parte, nos había dicho que en Mali no íbamos a tener problemas en encontrar repuestos para nuestras bicicletas, decían que aquí les encantan las motos y las bicis. Es totalmente cierto, el transporte nacional de Mali es una pequeña moto parecida a las scooter que viene directamente de Indonesia y cuesta unos 450 euros. La gente transporta absolutamente de todo en sus antiguas bicicletas de piñón fijo y en estas motos. Es por esta superpoblación de motocicletas que, además de en las gasolineras, se puede encontrar alimento para el motor en cualquier rincón del país, unos puestecillos de madera atestados de botellas de cristal indican que es allí donde se puede conseguir la mejor mezcla de carburantes.


Se nota que Mali hace poco estaba entre uno de los diez países mas pobres del planeta. Además de la gran diferencia con el "rico" país vecino del que venimos, Senegal, son muchos los niños del bote (jóvenes de entre 5 y 12 años que recorren las calles con un bote en el que la gente deposita algunas monedas o cualquier tipo de alimento o bebida y que, de momento, se encuentran en casi todo Africa), las cosas son mas baratas, las calles mas sucias, hay muchas menos tiendas de alimentación general y en las que hay se encuentran muchas menos cosas, las comidas y cosas de picar se sirven en la calle rondando los 100 francos (unos 0,20 céntimos de euro). Sorprendentemente esto se ve reflejado en sus gentes de un modo inesperado, casi todos son simpáticos y amables.

Los puestos alimenticios a pie de calle nos han venido fenomenal para insuflar aires nuevos en nuestra dieta. Cada noche se cocinan varios guisos que el consumidor puede mezclar a su gusto, judías pintas, espaguetis, patatas y plátano frito, carne guisada, mijo y a veces pescado son los mas comunes, aunque las condiciones higiénicas tal vez no sean las mejores.

Parece que las gentes de Mali son mas amantes de la cultura que otros pueblos de esta parte de Africa, no es extraño ver en sus calles, desde la gran ciudad hasta las zonas rurales, casetillas, tiendas y puestos donde comprar o intercambiar un libro. Asimismo, encontramos salas de cine hasta en los mas recónditos lugares, por desgracia absolutamente todas estaban cerradas.

Este país es enorme, y nuestro paso por el se ha ceñido a una parte minúscula, nos dejamos por visitar el gran norte de las caravanas por el desierto, el país Dogon y el delta interior del Níger con sus históricas ciudades. Como dicen por aquí: "A la prochain".

Desde Ferkesedougou.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Sikasso - Ferkesedougou

Días del 133 al 140
Sikasso - Loulouni - Pogo - Nielle - Ouangolodougou - Ferkesedougou
Total: 240,40 km

Total acumulado: 7.521,50 km

El segundo día de descanso en Sikasso fuimos a visitar las Cuevas de Missirikoro, unas enormes formaciones rocosas cinceladas por el agua que los seres humanos han convertido en un lugar sagrado, tanto para musulmanes como para animistas. A la entrada de la "mezquita", una cavidad enorme de varias decenas de metros de altura, un joven musulmán se pasea descalzo de un lado a otro, como poseído, canturreando un rezo en árabe. Vive aquí en la cueva, y todos los días del año hace lo mismo. Desde esta estancia se pueden ver algunos de los pasos de las grutas inferiores , son los animistas los que se dan cita en el "piso de abajo". El acceso a esa parte de cueva esta precedido por una pequeña, aunque nada desdeñable, montaña de plumas, pelos y osamentas de animales resultados de sus sacrificios. En el exterior se puede trepar hasta lo alto de la formación, el día es soleado y las vistas son magnificas, pero hace un calor sofocante. En una parada sacamos algo de agua y ofrecimos al joven que quiso acompañarnos y a sus dos hermanos mayores, quienes rápidamente declinaron nuestra oferta ya que había comenzado el Ramadán y no ingieren absolutamente nada desde la salida del sol hasta el ocaso.

Parece que nos equivocamos e nuestro anterior blog, la época de lluvias aun no ha terminado, así, en Loulouni, tuvimos que buscar un techo bajo el que dormir, ya que cada día, después de comer, como mínimo el agua de una fuerte tormenta besa la tierra. En la gasolinera, el tipo mas antipático del pueblo nos presto una habitación donde tenia almacenado un antiquísimo surtidor venido de Alemania y una motocicleta inservible. Su cara opuesta, el tipo mas simpático de Loulouni, en la acera de enfrente, es el que nos dio de cenar en lo mas parecido a un restaurante del poblado. A eso de las 18h, 30 minutos antes del ocaso, algunas de las personas que hacen el Ramadán se arremolinan en este puesto de comidas y van ordenando el te con el que abrirán el estomago después de un día sin comer y el plato de comida que ingerirán a posteriori. Conciliamos el sueño con el sonido de los truenos y el agua de la tormenta golpeando los vetustos cristales de nuestro refugio nocturno.

Después de 50 kilómetros nos despedimos de Mali en Zegua, el puesto fronterizo. La primera carretera con arcén desde hace mucho tiempo nos da la bienvenida a Costa de Marfil, donde algo mas adelante el pueblo de Pogo nos recibía lleno de lo que parecían ser militares. Nos acercamos al puesto fronterizo con el objetivo de sellar nuestros pasaportes; todos los allí presentes nos hacían múltiples preguntas y querían saber cual era nuestra misión, pero no hubo manera de estampar absolutamente nada en nuestro documento. Uno de los que parecían mas avispado nos dijo que ellos eran rebeldes y que cualquier cosa que pusieran en nuestro pasaporte no tendría ningún valor. En la embajada de Costa de Marfil en Dakar nos habían dicho que la situación en el país era normal, no compartimos su opinión. Las miradas de algunas personas se debaten entre el susto y la extrañeza al ver a dos blancos paseando en bicicleta; aunque la mayoría nos muestran una mano en alto y la sonrisa de alegría por ver a dos viajeros en su país, síntoma para ellos de que todo vuelve a la normalidad, casi siempre lo rematan dándonos la bienvenida en francés.

La carretera que va directa hasta Abidjan pasa por varios pueblos - cruces de camino (uno siempre se hace la misma pregunta que con el huevo y la gallina, en este caso nunca sabremos que fue primero) donde podemos encontrar un refugio para cobijarnos de las violentas tormentas vespertinas y nocturnas. Antes y después de cada uno de estos lugares nos toca pasar revista ante los militares de turno en cada puesto de control. La mayoría quieren saber que estamos haciendo, otros que es lo que les hemos venido a traer.

En Nielle los restaurantes, hoteles y comercios han retirado sus letreros, parece como si quisieran que nadie sepan a que se dedican. En uno de esos restaurantes sin letrero, al que nos llevaron en moto, comimos un inocente plato de arroz nada en consonancia con los tiempos que corren; la cuidada presentación en forma de corazón, tal vez sea la pequeña contribución para la paz del viejo hombre que lo regentaba.

En Ouangolodougou se cruzan los caminos de Mali, Burkina y Abidjan y tiene todo lo necesario para que camiones, coches, taxis y autobuses hagan una parada. Ferkesedougou, sin embargo, tiene un gran mercado de hortalizas, un afamado hospital y un enorme campamento de las fuerzas de Naciones Unidas. Desde aquí nuestro camino gira dirección Ghana, algo mas de 300 km de camino no asfaltado, pasando por el Parque Nacional de la Comoe, que no sabemos si podremos visitar.

Desde Ferkesedougou.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Bamako - Sikasso

Días del 122 al 132
Bamako - Ouelessebougou - Bougouni - Koumantou - Niena - Sikasso
Total: 382,70 km

Total acumulado: 7277,10 km

En Bou Lanoir, Mauritania, ya nos habían hablado de el, en algún otro momento de nuestro viaje nos habían comentado que había un japonés haciendo también un tour por Africa en bicicleta; en nuestro ultimo día en Bamako, en el albergue un francés también nos hablo de el, había volado directamente desde Japón a Casablanca y después, mas adelante cogería un avión para ir a Kenia y bajar por la costas este africana hasta Sudáfrica. Nuestro primer día de ruta después del paron llegamos a Ouelessebougou, un pueblo de paso en la carretera donde se puede hacer noche en un antro para resguardarse de la lluvia por poco mas de 2 euros por persona. No hacia mucho que el ciclista japonés había pasado por aquí, en el suelo había unas cajas de medicamentos en japonés, el envoltorio de unos calzoncillos nipones y lo que termino de delatarle, varios eslabones de una cadena de bicicleta en la repisa de la ventana. Al parecer según la cantidad de espirales antimosquitos que utilizo cuando durmió aquí, debía viajar sin mosquitera. A veces el viaje se nos hace duro, entonces pensamos en lo difícil que tiene que ser viajar solo, desde aquí te mandamos un mensaje de animo.

Parece que poco a poco nos vamos despidiendo de la temporada de lluvias (o eso pensamos), no obstante en Bougouni tuvimos que refugiarnos en una tienda de alimentación, cuando ya habíamos dejado nuestras bicis bajo techo salimos a dar un paseo y una corta pero dura tormenta fue barriendo el poblado. Después de esta tormenta tres etapas de pedaleo bajo el sol nos llevaron hasta Sikasso, una "gran ciudad" dentro del Mali rural, sucia y llena de ratas, pero con caras y gentes simpáticas.




Desde Sikasso.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

martes, 4 de septiembre de 2007

Senegal

El pais de la Teranga... a veces


Los turistas vienen a Senegal mas que a ningún otro pais del oeste africano y esto se nota, normalmente de modo negativo, en el trato con sus gentes. En España los racistas ven a un negro y ven pobreza, inmigración ilegal, delincuencia... Aquí en Senegal los racistas ven un blanco y ven regalos, alguien a quien esta permitido timar, dinero... Desde luego que hay honrosas excepciones, nos hemos encontrado con muchas y es entonces cuando atravesar Senegal a golpe de pedal se convierte en algo verdaderamente agradable.

La comida puede resultar bastante repetitiva ya que el arroz es la base y principal ingrediente de casi todos sus platos. El plato nacional es el thiebouyene (arroz con pescado y verduras), otro plato muy comun es el yassa (salsa de cebolla y limon) que acompaña al arroz con carne o pescado. Aquí en muchas casas no se cocina, lo normal es que la gente vaya a comprar su comida al restaurante, es por eso que tiene un precio razonable y hay que ir pronto para que no se acabe. En cuanto a los desayunos, como ya os comentamos en alguna ocasión, en los puestos de la calle se sirve el café touba (cafe fuerte con leche en polvo o condensada) acompañado de media barra de pan con mantequilla, mayonesa, chocolate, salsa yassa o huevo. La cena muestra casi siempre dos caras, la mas económica en forma de couscous senegales (una desagradable, aunque muy energética, pasta de polvos de mijo y agua) y la mas lujosa en forma de pollo o albondigas rellenas con huevo duro acompañado con ensalada y patatas fritas (no os creais que es comun encontrar esto).

En cuanto a la vestimenta local, los trajes tipicos del hombre y la mujer senegales son muy coloridos y bellos, aunque en muchas ocasiones no es extraño ver a una anciana mujer con el barreño en la cabeza y la camiseta del Barcelona, del Bayer de Munich o del Oporto. El futbol tiene tantisima importancia en Senegal que mucha gente cuando decimos que venimos de España nos preguntan: ¿De que ciudad, de Barca o de Real? A nosotros a veces nos apetece contestar que venimos de Betis, Rayo o Deportivo, pero acabamos contestando que venimos de Madrid.

Además del futbol los senegaleses son verdaderos fanaticos de las telenovelas latinoamericanas, antes y después del telediario, a medio dia y por la noche, la parrilla de la principal cadena nacional se construye a partir de antiguos culebrones. Nosotros nos hemos aficionado a La Chacala, una mejicana. Se conoce que el telediario se les hace cuesta arriba (no nos extraña en absoluto porque la realización es incalificable) ya que lo salpican de videos musicales senegales, los bailarines y bailarinas te dejan con la boca abierta, parecen marionetas con los cordeles de sus extremidades enchufados directamente a la corriente electrica.

Muchas personas diran que lo que mas merece la pena de Senegal es el trato con sus gentes, nosotros, despues de mas de un mes de paseo, además de con los pocos buenos amigos que hemos hecho, nos quedamos con sus espacios naturales. De obligada visita es el Parque Nacional de Niokolo Koba, el Delta de Saloum y Casamance.

Desde Bamako.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Kedougou - Bamako

Días del 109 al 121
Kedougou - Dalafinn - Gamba Gamba - Kenieba - Kayes - Bamako
Total bici: 135,80 km
Total otros transportes: 900,00 km

Total acumulado: 6.890,40 km

Finalmente descansamos mas días de lo esperado en Kedougou debido a unos pequeños problemas de salud, nuestro sistema de fontanería flojeaba en el desagüe.

Casi recuperados emprendimos ruta hacia Mali. El camino esta mas o menos asfaltado hasta Saraya, lo que nos permitio hacer unos 60 km en buenas condiciones. Alli debiamos hablar con el Subprefecto para que nos diera alojamiento, bien entrada la epoca de lluvias no se puede poner la tienda en cualquier sitio. Nos mando con cajas destempladas 10 km mas adelante, hasta la aldea de Dalafinn donde el jefe nos abrió una de las habitaciones del campamento de caza en desuso. Por la tarde nos invito a compartir una charla en su choza. Algo que guardaremos para siempre de este viaje es la imagen del señor Bambo dando un respingo, entre montañas de antiguos papeles y mapas, cuando uno de los rayos de la tormenta que nos rodeaba cayo mas cerca de lo esperado. "Las tormentas en el campo son peligrosas, si estuviera en Dakar no tendría miedo, pero aquí...", se justificaba mientras volvia a sentarse en su silla. Bambo es topografo y nos entretiene contando sus mayores hazañas cuando buscaba oro en la zona con los soviéticos, a sus 60 años tiene dos sueños, ascender al Kilimanjaro y explotar artesanalmente dos terrenos de su propiedad donde sabe que hay oro (para esta ultima empresa busca un mecenas). Le preguntamos si el camino hasta Kenieba, en Mali, era transitable, nos dijo que si, a la vez que nos daba un consejo: "En la epoca de lluvias, aunque os digan que podeis ir en bicicleta, nunca os adentreis por un camino donde no vayan los coches".


Al dia siguiente continuamos hasta Mussala, la frontera con Mali. Aunque ya antes de Dalafinn el asfalto habia desaparecido, cuando estabamos de barro hasta las orejas, y teniamos que empujar las bicicletas por un charco que nos llegaba hasta la rodilla, nos dimos cuenta de que por alli no pasaban coches. Después de 24 km, la mayoría de ellos empujando nuestras bicis por un barrizal, llegamos a un campamento que hay poco antes de la aldea de Gamba Gamba, allí sus cuatro guardas nos invitaron a comer. La verdad, nos parecian muchos para la seguridad de un campamento turistico fuera de temporada, pero no le dimos mayor importancia. Mas tarde, hablando con uno de ellos, descubrimos que el campamento pertenecia a una empresa minera y lo que custodiaban con tanto celo eran montones de oro extraidos en la zona. Asi, rodeados de oro y de mosquitos mas pequeños que la cabeza de un alfiler, descansamos del duro dia de empujar la bicicleta y nos preparabamos para el siguiente.

Ibrahim, el mas simpatico de los guardas, a la salida del sol y antes de que terminara su turno, nos ayudo a cruzar dos rios estacionales proximos al campamento, y nos regalo sendos pedruscos que nos traeran suerte en nuestro viaje (ya veremos que guardan en su interior). Ese dia solo sirvieron para que no nos lloviera, por lo demas el camino fue de mal en peor. Empujando nuestra bicicleta entre charcos, barrizales, buscadores de oro y rios estacionales llegamos al Faleme (afluente del rio Senegal), la frontera con Mali. Allí una piragua cruza a las personas, bicicletas y motos de un pais a otro y... al pasar la barca nos dijo el barquero los de piel clarita pagan mas dinero... Sabiamos que un precio justo para el eran 3.000 francos, nos pidió 20.000, despues de una dura negociación con media aldea de testigo y a sabiendas de que no podiamos regresar, acordamos pagar 5.000.

Una vez en Mali lo "mejor" estaba por llegar, el agua se habia comido el camino. Tuvimos que desmontar nuestras bicicletas, zambullirnos hasta la cintura y cruzar todo nuestro equipaje por encima de nuestras cabezas. A la puesta de sol llegabamos a Kenieba y, aunque sin fuerzas, pudimos disfrutar del maravilloso paisaje geológico que rodea a esta villa rural.
Despues de un sueño reparador a escasos metros del motor - generador del campamento, fuimos a sellar nuestro pasaporte, comentamos al jefe de la Gendarmeria que queriamos llegar a Bamako en bicicleta. Nos dijo que los 500 km de camino directo por Kita estaban como los ultimos 60 gue habiamos recorrido hasta Kenieba. Viendo que la unica opción era dar la vuelta por Kayes y Diema, decidimos que nos ayudara a dar este rodeo un vehiculo motorizado. La furgoneta que nos transportaba tardo 10 horas en salvar los 250 km que separan Kenieba de Kayes. A pesar de ir unas 25 personas en un vehiculo ideado para 9, con una moto y tres bicis en el techo, nos dimos cuenta de que habiamos tomado la mejor decisión posible en epoca de lluvias.

Paramos dos dias en Kayes y asi ver cual era la mejor opción para ir a Bamako y recuperarnos de los ultimos coletazos de nuestros problemas estomacales, que volvian a aflorar.

Aunque nos hubiera gustado llegar a la capital en uno de los trenes con mas solera de Africa, el expreso Dakar - Bamako, tuvimos que salvar la distancia en una especie de autobus todoterreno. Parece que los africanos van mucho al baño, asi en lugar de hacer una o dos paradas largas como hacen los autobuses en España, aquí se hacen mas de 10 paradas de menos de 5 minutos, lo justo para evacuar en cualquiera pequeño rincon y comprar, sin tan siquiera bajar, mazorcas de maiz, huevos cocidos, refrescos, platanos, manzanas, dulces, cacahuetes, agua, pollo frito, etc.

Bamako nos recibió con una fuerte tormenta y con la sorpresa de encontrar unos aventureros españoles que llegaron motorizados con un todoterreno a traves del Sahara. Aquí gestionaremos uno o dos visados y, por desgracia, no podremos llevar a cabo el taller teatral que esperabamos realizar, nuestro contactos en Bamako estan muy ocupados con sus actividades cotidianas y las personas destinatarias aun no han vuelto de las vacaciones.

Desde Bamako.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

martes, 21 de agosto de 2007

Velingara - Kedougou

Dias del 103 al 109
Velingara - Tambacouda - Dar Salam - Niokolo Koba - Mako - Kedougou
Total: 336,70 km

Total acumulado: 5.854,60 km

Dos dias pasados por agua y tratando de evitar todas las tormentas posibles nos llevaron a Dar Salam, la principal puerta de entrada al Parque Nacional de Niokolo Koba. Aqui aprendimos otra maxima de Africa: la planificación muchas veces se va al traste y es mejor estar abierto a otras posibilidades. La epoca de lluvias ha hecho estragos y el campamento donde queriamos pasar la noche dentro del parque estaba cerrado. Además, como es logico al haber todo tipo de animales salvajes en libertad (leones y leopardos entre ellos), esta prohibido andar, ir en moto o en bicicleta por los caminos del parque.

Sin embargo, a algun lumbreras se le ocurrio la "brillante" idea de cortar el parque por la mitad con una carretera que une las ciudades de Tambacouda y Kedougou. Una barbaridad que, aunque nos pese, nos permitió atravesar sobre nuestras bicicletas este enorme espacio natural.


De camino al puesto de guardia de Niokolo Koba nos cruzamos con un grupo de agentes del parque que seguian los pasos del unico grupo de elefantes que se puede encontrar aquí, de unos cinco ejemplares. Les habian perdido la pista hacia tiempo pero, esa misma mañana, habian encontrado unas huellas recientes que indican que los paquidermos siguen en el Niokolo Koba. La mejor de las suertes para este complejo proyecto de reintroduccion de elefantes en el parque. Finalmente los guardas nos invitaron a pasar el resto del dia y la noche con ellos en su puesto de control. En el camino un grupo enorme de babuinos se sienta al calor del asfalto en el invierno senegales, un poco mas adelante una mama facocero protege a sus crias de los intrusos ciclistas.




Ultimamente nos acordamos mucho de una de las reflexiones de Eduardo Galeano, cuando decia que los mosquitos mueren en un aplauso, os imaginareis porque... Por la noche, todos los animales que rondan la construcción donde dormimos, en el corazon del parque, forman parte de una orquesta, donde los principales actores de la sinfonía que interpretan son los zumbidos de los mosquitos que rodear nuestra inseparable mosquitera. A la mañana siguiente, no fue necesario solamente un aplauso, sino toda una ovacion a los musicos para acabar con los mosquitos que aun nos rondaban.

A punto estuvimos de coger un coche hasta Mako. Hace dos dias un leon se habia instalado en medio de la carretera y no habia manera de hacer que se moviera. Algunos guardas nos animaban a coger un todoterreno otros a seguir con la bicicleta. Dejamos que la meteorología decidiera: no llovia, seguimos con las bicis. Asi antes de salir del parque y cruzar el rio Gambia en Mako, pudimos ver un par de chacales asomando las orejas entre la pradera y algun grupo de monos verdes.

Kedougou es el punto de partida para los viajeros que quieren conocer el pais Basari y la zona montañosa de Senegal. Aquí nos tomaremos un dia de descanso para conocer el primero y para coger fuerzas para lo segundo. De echo las dos ultimas etapas con leves ascensiones nos han recordado a aquellos ultimos coletazos del Atlas que abandonamos hace ya tanto tiempo, aunque desde luego no hay comparacion.

Desde Kedougou.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

martes, 14 de agosto de 2007

Ziguinchor - Velingara

Dias del 97 al 102
Ziguinchor - Goudomp - Tanaf - Kolda - Kounkane - Velingara
Total: 327,90 km

Total acumulado: 5.517,90 km


Nuria soplo la vela de su 27 cumpleanios en Ziguinchor, delante de la mosquitera y no de una tarta.

De Ziguinchor a Kolda hay unos 190 km que tuvimos que dividir en tres etapas debido a que las lluvias cuando llueve y el sol cuando calienta nos impidieron hacerlo en menos tiempo.

Entre nuestro punto de partida y Tanaf la carretera transcurre paralela al rio Casamance; palmeras, incontables aves, mangos, llanuras de inundación, labradodes, agricultores y un largo etcétera convierten a esta zona de Senegal en una de las mas bellas de Africa... hasta ahora.

En nuestro primer dia de ruta llegamos hasta Goudomp, un pequeño gran pueblo a orillas del rio que vive, sobre todo, de la pesca en piragua. Allí nos acogieron en su casa Estanislav y Edwige, dos de esos africanos que todos tenemos en mente, de los que van con la sonrisa acuestas pase lo que pase. Edwige es maestra en el equivalente a la educación infantil española, ahora en vacaciones se dedica a hacer los mas de 700 "babies" que vestiran los alumnos el curso proximo...en Africa hay muchos niños.

Fue en Tanaf donde realmente fuimos conscientes de que Guinea Bissau habia estado todo este tiempo a un paso, de aquí sale un camino de laterita que lleva directamente al pais vecino y aunque nos gustaria acercarnos y hablar algo de portugués, la información que tenemos es que es mejor esperar a que la situación en esta zona de Africa mejore un poco.

De camino a Kolda el rio se pierde pero continua el bosque, y apresuradamente delante de nuestras bicicletas un grupo de monos cruza fugazmente la carretera y se paran un poco mas alla para observar nuestro paso. Kolda es una ciudad grande y sucia, como casi todas las ciudades, y con un mercado muy vivo; en el que trataran de sacar al Toubab (o Toubako, que es como se llamaba a los colonizadores) el maximo numero de CFAs posibles. En sitios como este es donde se ve la otra cara de los africanos, la del que se toma la vida como una tragedia y vive amargado en busca del dinero. Esta gente deja entrever algo de un racismo que desconociamos, el prejuicio aquí es al reves que en Europa, todos los blancos que vienen aqui son ricos y tontos, alguno se ha quedado a dos velas porque no somos todo lo tontos que piensan y, desde luego, no somos ricos.

A la salida de Kounkane supimos esquivar una buena tormenta, esperemos poder esquivar la racha de mala suerte que parece se nos avecina, ahora los radios que rompen por el peso son los de Adalberti y la PDA cayo misteriosamente en coma, parece que ha resucitado, aunque tiene ciertos achaques.

Desde Velingara.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.