lunes, 3 de septiembre de 2007

Kedougou - Bamako

Días del 109 al 121
Kedougou - Dalafinn - Gamba Gamba - Kenieba - Kayes - Bamako
Total bici: 135,80 km
Total otros transportes: 900,00 km

Total acumulado: 6.890,40 km

Finalmente descansamos mas días de lo esperado en Kedougou debido a unos pequeños problemas de salud, nuestro sistema de fontanería flojeaba en el desagüe.

Casi recuperados emprendimos ruta hacia Mali. El camino esta mas o menos asfaltado hasta Saraya, lo que nos permitio hacer unos 60 km en buenas condiciones. Alli debiamos hablar con el Subprefecto para que nos diera alojamiento, bien entrada la epoca de lluvias no se puede poner la tienda en cualquier sitio. Nos mando con cajas destempladas 10 km mas adelante, hasta la aldea de Dalafinn donde el jefe nos abrió una de las habitaciones del campamento de caza en desuso. Por la tarde nos invito a compartir una charla en su choza. Algo que guardaremos para siempre de este viaje es la imagen del señor Bambo dando un respingo, entre montañas de antiguos papeles y mapas, cuando uno de los rayos de la tormenta que nos rodeaba cayo mas cerca de lo esperado. "Las tormentas en el campo son peligrosas, si estuviera en Dakar no tendría miedo, pero aquí...", se justificaba mientras volvia a sentarse en su silla. Bambo es topografo y nos entretiene contando sus mayores hazañas cuando buscaba oro en la zona con los soviéticos, a sus 60 años tiene dos sueños, ascender al Kilimanjaro y explotar artesanalmente dos terrenos de su propiedad donde sabe que hay oro (para esta ultima empresa busca un mecenas). Le preguntamos si el camino hasta Kenieba, en Mali, era transitable, nos dijo que si, a la vez que nos daba un consejo: "En la epoca de lluvias, aunque os digan que podeis ir en bicicleta, nunca os adentreis por un camino donde no vayan los coches".


Al dia siguiente continuamos hasta Mussala, la frontera con Mali. Aunque ya antes de Dalafinn el asfalto habia desaparecido, cuando estabamos de barro hasta las orejas, y teniamos que empujar las bicicletas por un charco que nos llegaba hasta la rodilla, nos dimos cuenta de que por alli no pasaban coches. Después de 24 km, la mayoría de ellos empujando nuestras bicis por un barrizal, llegamos a un campamento que hay poco antes de la aldea de Gamba Gamba, allí sus cuatro guardas nos invitaron a comer. La verdad, nos parecian muchos para la seguridad de un campamento turistico fuera de temporada, pero no le dimos mayor importancia. Mas tarde, hablando con uno de ellos, descubrimos que el campamento pertenecia a una empresa minera y lo que custodiaban con tanto celo eran montones de oro extraidos en la zona. Asi, rodeados de oro y de mosquitos mas pequeños que la cabeza de un alfiler, descansamos del duro dia de empujar la bicicleta y nos preparabamos para el siguiente.

Ibrahim, el mas simpatico de los guardas, a la salida del sol y antes de que terminara su turno, nos ayudo a cruzar dos rios estacionales proximos al campamento, y nos regalo sendos pedruscos que nos traeran suerte en nuestro viaje (ya veremos que guardan en su interior). Ese dia solo sirvieron para que no nos lloviera, por lo demas el camino fue de mal en peor. Empujando nuestra bicicleta entre charcos, barrizales, buscadores de oro y rios estacionales llegamos al Faleme (afluente del rio Senegal), la frontera con Mali. Allí una piragua cruza a las personas, bicicletas y motos de un pais a otro y... al pasar la barca nos dijo el barquero los de piel clarita pagan mas dinero... Sabiamos que un precio justo para el eran 3.000 francos, nos pidió 20.000, despues de una dura negociación con media aldea de testigo y a sabiendas de que no podiamos regresar, acordamos pagar 5.000.

Una vez en Mali lo "mejor" estaba por llegar, el agua se habia comido el camino. Tuvimos que desmontar nuestras bicicletas, zambullirnos hasta la cintura y cruzar todo nuestro equipaje por encima de nuestras cabezas. A la puesta de sol llegabamos a Kenieba y, aunque sin fuerzas, pudimos disfrutar del maravilloso paisaje geológico que rodea a esta villa rural.
Despues de un sueño reparador a escasos metros del motor - generador del campamento, fuimos a sellar nuestro pasaporte, comentamos al jefe de la Gendarmeria que queriamos llegar a Bamako en bicicleta. Nos dijo que los 500 km de camino directo por Kita estaban como los ultimos 60 gue habiamos recorrido hasta Kenieba. Viendo que la unica opción era dar la vuelta por Kayes y Diema, decidimos que nos ayudara a dar este rodeo un vehiculo motorizado. La furgoneta que nos transportaba tardo 10 horas en salvar los 250 km que separan Kenieba de Kayes. A pesar de ir unas 25 personas en un vehiculo ideado para 9, con una moto y tres bicis en el techo, nos dimos cuenta de que habiamos tomado la mejor decisión posible en epoca de lluvias.

Paramos dos dias en Kayes y asi ver cual era la mejor opción para ir a Bamako y recuperarnos de los ultimos coletazos de nuestros problemas estomacales, que volvian a aflorar.

Aunque nos hubiera gustado llegar a la capital en uno de los trenes con mas solera de Africa, el expreso Dakar - Bamako, tuvimos que salvar la distancia en una especie de autobus todoterreno. Parece que los africanos van mucho al baño, asi en lugar de hacer una o dos paradas largas como hacen los autobuses en España, aquí se hacen mas de 10 paradas de menos de 5 minutos, lo justo para evacuar en cualquiera pequeño rincon y comprar, sin tan siquiera bajar, mazorcas de maiz, huevos cocidos, refrescos, platanos, manzanas, dulces, cacahuetes, agua, pollo frito, etc.

Bamako nos recibió con una fuerte tormenta y con la sorpresa de encontrar unos aventureros españoles que llegaron motorizados con un todoterreno a traves del Sahara. Aquí gestionaremos uno o dos visados y, por desgracia, no podremos llevar a cabo el taller teatral que esperabamos realizar, nuestro contactos en Bamako estan muy ocupados con sus actividades cotidianas y las personas destinatarias aun no han vuelto de las vacaciones.

Desde Bamako.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

motorizados??en moto?? aquí mi compañero un motero se pregunta como eran esos señores motorizados jeje besitos y animo
ester

Anónimo dijo...

por qué me tiene q llamar silvia?? se anima a volar a AFRICA???
besos mil ester

Anónimo dijo...

SILVIA ESCRIBEME QUE SOY LA HERMANA DE NURIA Y SE QUE QUIERES IR PA AFRICA...

Anónimo dijo...

¿pero qué pasa, allí llueve o es que caen del cielo cubos de agua?. Os deseo que el viento sople a vuestro favor y que el agua no caiga en vuestra contra. Animo que ya queda menos temporada de lluvias. Casi 7000 km...ole!. Salud, Yoli.

Anónimo dijo...

Hola, somos los "motorizados".

Desde luego, después de ver a esta pareja lo nuestro no fue nada.

Os cuento lo diferente de nuestro viaje: Compramos un Land Rover con 30 años, bastante machacado. Lo arreglamos y lo preparamos y nos fuimos con él a Bamako, intentando en Mauritania seguir la vieja ruta de las caravanas.
El Landy aguantó pese al trato que le dimos (el necesario para llegar a Malí).
Un saludo a todos:
Agustín y Elena.

Anónimo dijo...

Venga Iván y Nuria!,

haced por nosotros lo que siempre soñamos, pero nunca hacemos.

1 año, 1 continente. Ufff.

Salud y suerte.

Agustín y Elena (en Navidad volveremos a Bamako a seguir con el Land Rover un poco más)

Anónimo dijo...

Lo de los "motorizados" tambien me parece una aventura digna de tener en cuenta. Vamos, que me dais todos mucha envidia. Cuidaros mucho y disfrutad. A lo mejor hay momentos malos pero seran los que quizas recordeis con mas cariño en el futuro. Animo, Yoli.

Anónimo dijo...

en general senegal es un pais maravilloso,con muchos recuerdos!!!!y nosotros volveremos,sobretodo con ONG
para ver tambien amigos .
www.campospistas.skyblog.com