martes, 26 de junio de 2007

Marruecos

Otro mundo cruzando el estrecho.


En Marruecos desde sus ciudades; Rabat, Asilah, Taroudannt, que destacamos entre otras muchas, hasta sus parajes naturales, alta montaña en el Atlas, estuarios y marismas en la costa y desierto pedregoso en los limites con el Sahara, todo merece la pena una pausada visita. Aunque nosotros nos centraremos ahora en algunas de las costumbres marroquís que mas nos han llamado la atención.

En primer lugar como no, debemos hablar de las comidas. El tajine es la comida nacional de Marruecos, si bien es cierto que tambien es muy comun comer pollo asado y bastante menos comun el cuscus (se suele preparar solo los viernes, dia festivo en el Islam). El tajine es un guiso que se cocina normalmente a la brasa, en un utensilio de barro con el mismo nombre. La base es una mezcla de verduras; patatas, zanahorias, olivas y judias verdes a la que se le suelen añadir unas tajadas de pollo, cordero o pescado en las zonas costeras. Mas alla de las zonas turísticas, donde le daran al visitante cuchillo, tenedor y platos para servirse, en el Marruecos de todos los dias el tajine se sirve en un unico plato enorme para todos los comensales. Tras un riguroso ritual de lavado y secado de manos en la misma mesa con una jarra y un recipiente especifico para este efecto, se distribuiran sobre la mesa varios pedazos de pan que, siempre con la mano derecha (la izquierda se usa para otros asuntos), haran las veces de cubiertos. En las casas en las que nos han acogido lo normal es que si algun liquido acompaña a la comida este sea el te, aunque normalmente cuando se come no se bebe. Tal vez sea por eso que el deporte nacional de los hombres en Marruecos sea ver como pasa la vida tomando te o café en una terraza. Y decimos de los hombres porque en esta sociedad hay un verdadero avismo entre los dos sexos (ojo no juzgamos si la mujer arabe esta mas liberada que la europea, solo contamos lo que hemos visto), fuera del hogar los hombres pasan el rato con los hombres y las mujeres con las mujeres. Por la tarde no es extraño ver pasear a los jovenes por los cafés de la ciudad buscando una buena programación televisiva y sentarte a disfrutarla aunque no se llegue a consumir.

Por las calles es muy comun escuchar musica marroquí, pero tal vez el sonido que mas llame la atención al viajero seran las puntuales llamadas a la oracion desde los minaretes de las mezquitas. Y es que esta sociedad esta muy influida por el Islam. El alto porcentaje de utilización del velo en las mujeres es otra muestra de ello, aunque otras veces su utilización sea mas de origen cultural que religioso. Esto nos lleva a hablar de los hermosos trajes de la mujer marroquí que cambian como el clima de norte a sur. Los hay mas coloridos y de telas finas para climas mas calidos y oscuros y tupidos para los mas frescos.

Allá van otras curiosidades del dia a dia marroquí:

En el norte de Marruecos, para que el pago de la pitanza sea mas dulce, la cuenta y el postre van de la mano, se sirven a la vez.

No es extraño ver a dos hombres, dos amigos, paseando de la mano cual dos amantes sin que esto lleve a pensar que lo son. Asimismo, en general, el contacto fisico es algo habitual y que no produce rechazo. Basta tomarse un te o pasar una noche como sus invitados para que la despedida este repleta de besos y achuchones.

En las zonas mas turísticas se ha malacostumbrado a los niños a recibir sin venir a cuento desde caramelos hasta cigarrillos. Si llevaramos caramelos para todos los que nos piden probablemente no hubieramos llegado hasta aquí. Tal vez no esteis de acuerdo con nosotros, pero encontramos mucho mas util hacer una donación a una asociación local que trabaje por el desarrollo de la zona que ir repartiendo boligrafos a diestro y siniestro.

Si venis a Marruecos no os podeis marchar sin haber hecho un desayuno con zumo de naranja en una Patisserie, donde además de surtidos y deliciosos, los pasteles son bien baratos.


Desde El Ouida.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

sábado, 23 de junio de 2007

Taroudannt - Guelmime

Taroudannt - Massa - Tiznit - Sidi Ifni - Guelmime
Dias del 46 al 50
Total: 302 km

Total acumulados: 2.171 km


Desde Taroudannt se extiende un terreno llano hasta la costa, donde el viento sopla en nuestra contra. Muchos autobuses de turistas salen del aeropuerto de Agadir en direccion a la ciudad, que se ha convertido en un gran centro turistico de sol y playa. Nosotros decidimos obviarla y doblar al sur en Ait Melloul. A partir de este momento el fuerte viento nos azoto de costado durante todo el trayecto y pudimos ver los kilometros que nos restan hasta algunos de nuestros futuros destinos.
Nuestra intencion era visitar la zona sur del parque natural Souss-Massa y es por eso que cerca de Massa buscamos un sitio para acampar. Abderraman nos regalo un melon con textura de patata y sin sabor que empleariamos para desayunar y nos dejo acampar en las afueras de su terreno, donde unos perros silvestres hicieron las veces de guardianes. A la maniana siguiente intentamos buscar sin exito la entrada al area protegida y, despues de preguntar a un par de lugarenios que no habian oido hablar en su vida de este parque natural, nos dimos por vencidos y continuamos viaje no sin antes despedirnos del seco Oued Massa.

Unas horas mas tarde alcanzabamos Tiznit, la ultima gran ciudad antes del Sahara sus principales puntos de atraccion son: sus murallas de barro, su fuente azul y su gran mezquita cuyo minarete esta adornado con una especie de escalas de madera, la tradiccion cuenta que las almas de los difuntos se ayudan de estas escaleras para alcanzar el paraiso. Ademas en esta ciudad, despues de unos cuantos kilometros, pudimos encontrar lentejas cocidas y queso camembert. Por la noche, en el camping Nabil y Leila, unos vecinos de tienda, nos hablaron de su religion y cultura y nos invitaron a un te a la menta con frutos secos mientras en su ordenador portatil Jorge Clooney y Brad Pitt planeaban como robar un casino (en frances). Les comentamos que nos estabamos pensando lo de subir las bicis a un vehiculo de motor para atravesar el Sahara en pleno verano, entonces Nabil se puso serio: "Eso no es algo que se deba pensar, el Sahara es muy duro incluso para la gente que lo habita, eso es algo que debeis hacer", nos dijo.

Desde Tiznit nos lanzamos direccion al mar, ese companiero olvidado, que alcanzamos a la altura de Mirleft, un pueblo para veraneantes donde desayunar un buen cafe con leche. En la costa los pueblos se han vuelto blancos, el barro se quedo atras, y en la mayoria se respira ese curioso ambiente de los pueblos costeros espanioles fuera de epoca estival.

En Sidi Ifni el viento azota las banderas marroquies y las hace ondular, igual que ondula la carretera costara que llega aqui desde Tiznit. Hace no mucho tiempo era la bandera espaniola la que engalanaba los edificios oficiales, y la influencia colonizadora espaniola se nota mucho en la estructura de esta ciudad. Al atardecer la niebla del Atlantico toma la ciudad de Ifni, donde las ultimas montanias del Anti Atlas van a zambullirse al mar. Por la noche pudimos disfrutar de una cena "europea", mientras el hilo musical del restaurante nos castigaba con una version yanky del tamborilero, los franceses que compartian la mesa adyacente incluso bailaban con la retahila de villancicos. No supimos unirnos al baile, pero si a las sonrisas.
Tardamos mas de lo previsto en llegar a Guelmime, Adalberti partio por segunda vez uno de los tornillos que sujetan la alforja delantera, y ademas nos esperaba una sorpresa, el Anti Atlas aun no habia acabado. Despues de algunas cuestas de mas dos enormes montanias nos abrian las puertas del Sahara. Durante la comida Ali, un chanchullero marroqui, intento vendernos desde un turbante (5 euros) hasta un camello (1.000 euros), mas suerte la proxima vez.

Desde Guelmime
Que el viento sople siempre a vuestro favor
Nuria e Ivan

lunes, 18 de junio de 2007

Marrakech - Taroudannt

Marrakech - Imlil - Refugio Toubkal - Imlil - Ijoukak - Oulad Behril - Taroudannt
Dias del 40 al 45
Total: 264 km

Total acumulados: 1.869 km

A las 6 de la maniana Marrakech no se ha levantado aun, y por la calle los pocos que no se han acostado todavia nos ofrecen un hotel o algun remedio magico. A pocos kilometros al sur de la gran ciudad la carretera que seguimos se bifurca como si fuera la lengua de una de las cobras que hemos visto bailar encantadas en la plaza principal de Marrakech.
Es entonces cuando las apariencias enganian y la carretera que parece llana, no lo es en absoluto, solo lo podemos averiguar por la velocidad de tortuga que marca nuestro cuenta kilometros. Despues de 30 km de leve ascension el Atlas nos empieza a marcar un ritmo aun mas lento, por las retorcidas carreteras de montania a las que nos estamos empezando a acostumbrar y que nos acercan directamente al corazon del alto Atlas: el Parque Nacional del Toubkal. Escalando poco a poco, paralelos al rio por el valle de Mizane, con picos de 4.000 metros como decorado de fondo, llegamos a Imlil que, como todos los sitios que reciben muchos turistas, su primera impresion puede ser un poco desagradable para el viajero. Abdu, un avispado guia local, se nos echo encima junto con otro par de pretendientes, cuando comprendio que no eramos turistas al uso, avidos de gastar dirhams, nos ofrecio una sencilla habitacion en su casa a un precio modico, que despues recuperaria con lo que nos clavo por la cena. En Imlil un extranjero es sinonimo de turista pudiente, es por eso que lo mas recomendable es pasar cuanto menos tiempo posible alli y dirigirse rapidamente hacia un pueblo bereber de este u otro valle del Atlas.

El jueves comenzamos a pie la ascension al Jebel Toubkal, el pico mas alto del norte de Africa: 4.167 m. Cargados como las mulas que nos pasaban en el camino llegamos en algo menos de 5 horas al refugio del Toubkal, donde Ibrahim nos indico un lugar donde montar nuestra tienda de campania. Este refugio esta gestionado, como la mitad de los alojamientos de Imlil, por el Club de Alpinismo Frances que deja poco dinero a la poblacion local y es, a sus 3.207 m de altitud, el campamento base para la ascension definitiva al Toubkal. Despues de cocinar una pasta para coger fuerzas entramos al refugio a tomar un te caliente mientras una espesa y humeda niebla se apoderaba de los alrededores. Pasamos el resto de la tarde acomodando nuestro organismo a estas altitudes, es decir, tirados a la bartola. A las 5 de la maniana del dia siguiente los grupos mas madrugadores comenzaban la ascencion, a nosotros se nos pegaron las sabanas. Haciendo cola detras de algun grupo por entre las rocas, los neveros y por la estrecha senda que dirige al caminante hacia la cima, avanzamos todo lo deprisa que el nivel de oxigeno nos permite, para coronar la montania a eso de las 8.30h. Algunos de vosotros habeis escalado algun pico y para nosotros es dificil plasmar por escrito los sentimientos que provoca subir a uno de los techos de Africa y vernos tan pequenios. Pero si la subida fue dura, mas dura fue la bajada, donde nuestras posaderas besaron el suelo un par de veces.

De nuevo sobre la bici, hasta Ijoukak restanto algunas breves pero duras subidas, el camino paralelo al rio que baja casi seco es principalmente de descenso, a partir de esta pequenia villa comienza el ascenso hacia el Tizi n'Test. Muchos oriundos del lugar nos habian recomendado subir la bici a un camion y hacer sobre ellas el descenso, prometemos que haremos caso a los proximos consejos que nos den. El paso de montania de Tizi n'Test, con sus 2.100 m de altura nos tomo algo mas de 4 horas de pedaleo desde el inicio de la ruta. En sus pendientes mas duras, bajo el sol, solo queda alzar la cabeza en busca de oxigeno, bajarla de nuevo para dejar que los goterones de sudor resbalen desde las cejas hasta el asfalto, clavar el culo en el sillin y dar pedales sin rechistar. En contrapartida, ademas de un paisaje espectacular, los amantes de las aves pueden disfrutar, cuando la subida es leve, de varias especies poco comunes en la peninsula Iberica. En la cima nos refrescamos a precio de oro y nos lanzamos a tumba abierta por la peligrosa y sorprendente bella carretera hacia la provincia de Taroudannt; la casualidad nos llevo a comer una tortilla bereber al restaurante donde trabaja Hamed Hafidi que, ademas de camarero, en sus ratos libres es presidente de la asociacion Taouri N'Lkhir (palabras bereberes que se pueden traducir como trabajo desde el corazon(. Compartimos un te a la menta mientras nos contaba los proyectos de desarrollo que puede llevar a cabo con su presupuesto de menos de 3.000 euros al anio y lucha por otro mundo posible, donde lo importante sean las personas y no el dinero. El descenso hacia el valle del Souss nos pasea antes por otros valles del alto Atlas; aqui cambiar de valle es como cambiar de planeta. Cuando las piernas ya no daban para mas nos decidimos a pedir asilo en uno de los multiples campos de frutales que se encuentran a ambos lados de la carretera. El Mohktar, un negro enorme, nos ofrecio la merienda y junto con su musculos companiero de vigilancia nocturna, nos llevo a hacer un tour por la finca donde culminamos la comida de media tarde con platanos y citricos (3 tipos distintos de naranjas y 2 de mandarinas(. Nos explicaron que bajo tierra hay un enorme acuifero, esperemos que sepan cuidarlo. Nos fuimos a la cama despues de un tajine (?donde esta el cuscus marroqui?( y unos deliciosos batidos de frutas.
A las 4.45h El Mohktar toca diana para que su jefe no descubra nuestra haima. Antes de despedirnos nos conto que el nombre de Taroudannt en bereber se puede traducir por el rio se lleva a mis ninios; la leyenda cuenta que en un rio cercano a la ciudad jugaban unos ninios bereber cuando una riada se los llevo, a la orilla la madre gritaba: Taroudannt, Taroudannt.

Meriam nos habia advertido de que a esta ciudad tambien se la conoce como la pequenia China por la ingente cantidad de bicicletas que hay por las calles, damos fe de que es cierto. Asi, la pequenia China, nos recibio con clima lluvioso y nos despide del Atlas, que ha marcado para siempre nuestras retinas por su belleza y nuestras piernas por sus carreteras. Tras las gotas de agua de lluvia que banian nuestras gafas descubrimos ahora una pequenia y amable ciudad.


Desde Taroudannt.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

martes, 12 de junio de 2007

Beni Mellal - Marrakech

Beni Mellal – Azilal – Casa Younness – Marrakech
Dias del 34 al 39
Total : 260 km

Total acumulados : 1.605 km


Desde Beni Mellal hasta Asnou hay unos 25 km totalmente llanos que discurren paralelos a la cadena montaniosa del Atlas. Abandonamos el territorio arabe y nos adentramos en el area bereber. El dia amanecio con el sol tapado y las nubes no nos dejaban ver con claridad la ascension que ibamos a realizar, pero aun asi nos temblaban las piernas al no poder ver la cima de la montania que teniamos delante. Esta primera ascension fueron 15 km seseando por la montania para salvar 1.000 metros de desnivel. Nuestra velocidad es muy lenta, y la niebla asciende por entre las rocas y los arboles como si tuviera vida para encontrarnos en cada curva, cada vez mas arriba. Una vez alcanzado el puerto, tocaba un largo descenso hasta Bin el Ouidane, en la carretera algunos ninios venden hierbas y frutos secos. Entonces la niebla desaparece y podemos empezar a disfrutar del impactante paisaje del Atlas. Las casas de los pequenios pueblos bereberes, enclavados en mitad de ninguna parte, son de roca o adobe y desde la distancia se confunden con formaciones rocosas.

Desde Bin el Ouidane hasta Azilal hay que salvar otro puerto de unos 1.400 metros de altitud para descender hasta la ciudad entre campos de trigo y viejas Kasbas abandonadas, que recobran su esplendor bajo la luz del atardecer.



Despues de la dura etapa de montania pudimos disfrutar de un dia de descanso en una tranquila Azilal, donde el viernes, dia de descanso musulman, casi todo el mundo acude a rezar a la mezquita a la puesta de sol, ademas de otras cuatro veces a lo largo del dia. En la foto lo que podeis ver es la multitud que sigue al carro de la novia en una boda, esto nos hace ponernos nostalgicos ante las bodas en las que no podremos acompaniar a los novios (besos, Inma y Miguel por un lado y Angel y Vicky por otro). El sabado aparcamos las bicicletas para visitar las cascadas d’Ouzoud en un taxi colectivo en el que viajamos seis personas mas el conductor, entre ellas estaba Sames, guia bereber que nos invito a un te en su casa y a volver a visitar esa zona del Atlas sin bicicleta en otra ocasion. En las cascadas algunos macacos comen el pan que le dan los turistas y, cuando estos faltan, buscan entre las basuras. Lo mas impactante, sin duda, es ver como varios pequenios riachuelos y canales confluyen en una caida de agua de mas de 100 metros de altura sin encontrar ningun rio previamente.

Al reemprender de nuevo la marcha escapamos de las laderas del Atlas Medio hacia Marrakech. Despues de 120 km, un tajine de mas y un radio de menos en la rueda trasera de Pardinusi decidimos buscar un sitio donde acampar, pedimos permiso a unos agricultores para poder descansar en sus campos de olivos, nos lo dan encantados. Pero ademas de ellos por alli esta paseando Younness, que habia ido a recoger comida para las vacas y que nos convencio para desmontar la tienda e ir a dormir a su casa. La suerte nos sonreia, en esta ocasion por partida doble, ya que el padre de Younness es el mecanico de bicicletas y motos del pueblo y soluciono nuestro problema con el radio en menos que canta uno de los gallos que tiene paseando por el patio de su casa. Tulia, la madre de familia, era verdaderamente jovial, ademas de joven, e hizo muy buenas migas con Nuria, a la que le costo despedir tras unas crepes y un cafe con leche.

Llegamos a Marrakech a mediodia, una bulliciosa ciudad y el centro turistico mas importante de Marruecos, donde toda la emocion de los encierros se puede vivir con las motocicletas que circulan a toda velocidad por los inverosimiles callejones de la medina. Como muchos ya sabreis, al caer el sol en la plaza de Djemaa el-Fna, es un espectaculo digno de contemplar, aunque te pediran dirhams por respirar.


Desde Marrakech.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

miércoles, 6 de junio de 2007

Rabat - Beni Mellal

Rabat - Kioske Tabat - Casa Ferhate - Oued Zem - Beni Mellal
Dias del 29 al 34
Total: 255 km

Total acumulados : 1.345 km

Abandonamos la costa y enfilamos direccion al sur, la carretera por la que dejamos Rabat esta flanqueada por embajadas de todo el mundo, centros comerciales y lujosas casas. El camino, durante unos 30 km, es eminentemente llano y seco, los campos de cultivo lo adornan y las caras de la gente nos muestran que por la zona no deben pasar muchos turistas, mucho menos en bicicleta. Despues de un alto en el camino para comer algo y beber un te a la menta en un restaurante al que le habian regalado una segunda planta a costa de algun que otro chichon en las cabezas de los clientes, nos esperaba uno de los paisajes mas espectaculares de nuestra ruta hasta el momento. Estamos practicamente al nivel del mar, en una llanura que parece sin fin y de pronto, cuando menos te lo esperas, la carretera te hace descender vertiginosamente. En esta parte de Marruecos, la erosion del agua ha hecho que las montanias crezcan al reves, hacia el centro de la tierra, y si nosotros nos consolamos en las cuestas arriba diciendo “todo lo que sube baja“, aqui nos asustamos al pensar que todo lo que baja debe subir. Algunos kilometros mas tarde, efectivamente, terminas de subir de vuelta todo lo que habiamos bajado, y nos enfrentamos de nuevo a la llanura.
El sol iba bajando y teniamos que buscar un sitio donde poner la tienda para dormir, nos habian advertido sobre la hospitalidad de las gentes del interior, pero la realidad supera, en este caso, a la advertencia. Paramos en el Kioske Tabat a tomar un refresco, y aunque la comunicacion fue muy complicada porque el duenio solo hablaba arabe, conseguimos entendernos, y sin saber muy bien como, nos vimos rodeados por toda la familia Tabat llenos de atenciones para con nosotros, merendando un delicioso te y pan caliente recien cocido al horno con mantequilla y dulces caseros. Pusimos la tienda en su campo, bajo la atenta supervision de un burro constipado que, de vez en cuando, nos animaba con sus estornudos. Poco antes de que cayesemos rendidos dentro de la tienda, la abuela Tabat vino con un plato de tajin de verduras y cordero y otro repleto de frutas frescas. Antes de marcharse nos presto una vela para alumbrarnos en la oscuridad, la encendio y soplo varias veces apagandola para enseniarnos su complejo sistema de funcionamiento.

Al dia siguiente despues de dejar atras Merchouch y Rommani, muy cerca de Ezhiliga, las fuerzas empezaron a flaquear. El camino habia sido muy ondulado y el sol nos habia castigado bastante. Tras unos setos aparecio Mohammed, podria haber sido una de esas muchas personas a las que saludas y te devuelven el saludo y una sonrisa. Pero, encima de esas chancletas azules llenas de ronia, y tras esa tez oscura, bigote espeso y pelo negro cardado, se esconde un enorme corazon (por cierto, busca novia). En arabe nos convencio para que nos quedaramos en su casetilla de vigilante de los campos de cultivos familiares, nos saco su merienda para que comieramos y, poco mas tarde, aparecio uno de sus 11 hermanos: Abdeljak (lo sentimos, tiene novia y estamos invitados a su boda del anio que viene). Querian que nos quedaramos con ellos al dia siguiente y mostrarnos los alrededores de su casa, en principio eramos un poco reacios a retrasarnos un dia en la marcha, pero despues de Abdeljak vinieron Bomar, Oleya y Sedya, las dos chicas hablaban algo de frances, y tras unas duras negociaciones acordamos quedarnos un dia mas como invitados de la familia (algunas peticiones llegaban a la semana de estancia).

Por la maniana, despues de desayunar un delicioso te a la menta con leche recien ordeniada, romero y mucho azucar, ascendimos a la cima mas alta de la zona (unos escasos 150 metros). Despues Abdeljak nos llevo a su lugar de oracion predilecto, una especie de oasis en este secarral, donde los anfibios se las ingenian para descansar a la sombra. Pasamos un tiempo estupendo con la familia Ferharte, aprendiendo algo de arabe y mucho sobre su cultura. Y a la maniana siguiente nos despedimos temprano para salvar, antes de la comida, los 70 km que nos separaban de Oued Zem. Aqui descansamos, descansamos y descansamos; tanto como grandes eran las tres cucarachas que habitaban en la ducha de la pension y que no nos atrevimos ni a fotografiar.

El miercoles tras un pinchazo y algun que otro alto en el camino, llegamos a Beni Mellal, en las estribaciones del Atlas, su imponente silueta nos asusta un poco al pensar que maniana nos internaremos en sus caminos, carreteras y desniveles.


Desde Beni Mellal.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

viernes, 1 de junio de 2007

Larache - Rabat

Dias del 25 al 28
Larache - Mulay Bousselham - Playa Mediya - Rabat
Total: 188 km

Total acumulado: 1.090 km

En Marruecos, cuando alguien te acompania un tramo del camino, no llegas a saber bien que es lo que quiere hasta bien avanzada la conversacion, y eso si logras entenderte. En estos tres dias nos han acompaniado algunos personajes singulares, salidos de la nada. El otro dia reconociamos haber aterrizado en Marruecos con algunos prejuicios que van desapareciendo con velocidad, de camino a Mulay Bousselham, sin embargo, dimos con un marroqui lleno de prejuicios para con los espanioles, conducia una destartalada motocicleta gris, aguanto nuestra velocidad durante 6 km hasta que conseguimos deshacernos de su desagradable compania. Nos pedia cuentas por lo mal que los espanioles tratan a los emigrantes marroquis. El resto de acompaniantes han sido mucho mas agradables, desde los ninios que corren detras de nuestras bicicletas en algunas de las poblaciones que jalonan el camino, hasta un ciclista profesional que venia de rodar 130 km y pensaba que eramos unos titanes por intentar cruzar Africa.
Mulay Bousselham es un paraiso ornitologico, si vas en la epoca adecuada, que suele ser de Diciembre a Marzo e incluso un poco mas tarde, aun asi pudimos disfrutar de una incursion en barca por la segunda laguna de agua salada mas grande de Africa, Merja Zerga, avistando algunos flamencos, garzas reales y espatulas entre otras aves.
De Mulay Bousselham hasta nuestra siguiente parada en Playa Mediya habia 100 km de distancia, nos arriesgamos a hacerlos en un dia, y no sabemos si volveremos a repetir porque acabamos extenuados. Muchas veces nos gustaria poder fotografiar con los ojos, pero esto de momento no es posible, y aunque lejos de la buena literatura, intentaremos describiros algunas de las fotos que no se pueden hacer desde la bicicleta. En Africa las velocidades son mas lentas que en Europa, seguro que es en parte por ello que los cruces de caminos siguen siendo lugares llenos de vida. En Ahmir se cruzan tres carreteras, una manifestacion de colores, sonidos y olores se dispersa desde aqui hacia los cuatro puntos cardinales. Primero te cruzaras con dos jovenes que empujan un carro lleno de carne, mas adelante se venden pollos vivos, hombres mayores observan el discurrir del trafico desde las sombras de los cafes mientras una colorida multitud simplemente espera, en medio de las carreteras. Algunos solo nos miran, otros nos hablan en arabe, muchos nos dicen "Bonjour" y, los menos, "Hola amigo". A nuestro paso los camiones verdes y amarillos se paran a cargar y descargar, mercancias y personas. El olor de las hierbas y las especias de este cruce nos acompanio hasta Playa Mediya, donde descansamos y cogimos unas poquitas fuerzas para llegar al dia siguiente a Rabat.
Al caer la noche la Medina de Rabat se activa, una marabunta de personas compra y vende todo tipo de productos bajo la atenta mirada del rey de Marruecos, que tiene un lugar privilegiado en la mayoria de los puestos, seguido muy de cerca por Zidane, que adorna tambien un alto porcentaje de comercios; debe ser la segunda persona mas respetada de todo Marruecos.
A partir de ahora abandonaremos el mar, que nos ha acompaniado desde Algeciras, y esas maravillosas playas que aun no hemos podido disfrutar y que, en los puntos mas turisticos, estan llenas de basura.

Desde Rabat.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.