viernes, 13 de julio de 2007

Nouadhibou - Nouakchott

Nouadhibou - Puesto fronterizo mauritano - Bou Lanoire - Desierto - Nouakchott
Dias del 65 al 70
Total bici: 222,02 km
Total camion: 248,00 km

Total acumulado: 4.044,39 km

Nouadhibou es la ciudad del todo a cien, desde un kilo de mangos hasta una hora de conexion a internet cuesta 200 ougiyas, el equivalente a 20 de nuestros antiguos duros. Aqui completamos nuestro lote de viveres y cenamos en uno de los multiples restaurantes que poseen senegaleses y guineanos en la ciudad y, antes de irnos a dormir, hablamos con el duenio del camping Amex, un cruce entre el Padrino y el pirata Barbanegra. Le cambiamos algunos de nuestros preciados euros, ya que en Mauritania es imposible utilizar una tarjeta de credito para obtener dinero en efectivo, y charlamos con el sobre la ruta que ibamos a seguir. El venia del puesto fronterizo mauritano, por donde teniamos que volver a pasar camino de Nouakchott, y nos recomendo esperar un dia mas antes de salir, ya que los vientos estaban provocando tormentas de arena en la peninsula. Viniendo el consejo del duenio de camping decidimos pasarlo por alto; a la maniana siguiente comprobamos que el pirata tenia razon y un fuerte viento acompaniado de fina arena soplo contra nosotros toda la maniana. En nuestro camino nos cruzamos con el tren mas largo del mundo (2.8 interminables kilometros de vagones) que hace el trayecto entre Nouadhibou y Zouerat y apuntamos una nueva rotura de radios en la lista de Pardinus. A las 11 pasabamos el puesto fronterizo mauritano y comenzaba a hacer mucho calor, eso hizo que respondieramos a la llamada de Fatimetou, una joven saharaui con una vida familiar bastante ajetreada. Nos invito a quedarnos en su casa el tiempo que quisieramos. Intentamos reparar el radio con poca fortuna, ya que no tenemos con nosotros la llave allen para cambiar piniones (tenemos que hacernos con una). Decidimos descansar el resto del dia con nuestra nueva amiga y sus voraces cabras, que nada mas llegar se comieron nuestras dos barras de pan y el unico platano que nos quedaba, mas tarde, debido a un despiste de Ivan, dieron buena cuenta del unico entretenimiento de la saharaui, un pequenio diccionario arabe - frances.

Tomando leche de camella con el resto de la familia antes de irnos a dormir, las opiniones eran dispares sobre si conseguiriamos arreglar nuestra averia en Bou Lanoire o no. El viento amanecio mas calmado al dia siguiente y llegamos pronto a Bou Lanoire, un pueblo que esta siendo engullido literalmente por una duna. Alli solo hay un mecanico, y nunca en su larga vida habia reparado una bicicleta. Intento fabricar una herramienta para extraer los piniones, pero le fue imposible emular una llave allen de gran tamanio. Teniamos dos opciones: seguir con la esperanza de que la rueda aguantara o parar un vehiculo a motor y subirnos. El joven mago de Mali que regentaba el Alberge nos predijo que cogeriamos un camion; tentando al destino, esperanzados y con el viento a favor, el miercoles le soltamos los frenos traseros a Pardinus y continuamos el viaje. 80 kilometros mas adelante nos sorprendio una tormenta de arena especialmente violenta, tal vez lo mejor hubiera sido parar, pero un viento de unos 50 km/h levantaba la arena por encima de nuestras cabezas y nos golpeaba con fuerza, en esas circustancias nos era imposible montar la tienda de campania. Asi que tuvimos que continuar hasta la siguiente haima en el camino donde pasar la noche al refugio de la tormenta.

La sorpresa al dia siguiente fue que la tormenta continuaba, atenuada por la humedad de la noche, pero el viento habia cambiado y soplaba en nuestra contra. Se acercaba la hora en la que el calor del desierto nos obliga a parar y solo habiamos avanzado 30 km, Ala nos envio a Mohammed y a Ismail, que no nos permitieron continuar el camino en esas condiciones y nos subieron a nosotros y nuestras bicicletas a su enorme camion vacio; cumpliendo las predicciones del mago de Mali. Vestidos de ciclistas y haciendonos pasar por trabajadores de Rio Narcea Gold Mines, para evitar suspicacias y sobornos a la policia mauritana, continuamos el viaje hasta Nouakchott.

A esta caotica ciudad llegamos con la rueda trasera de Pardinus en las ultimas y con el deseo, que se ha visto cumplido, de encontrar un buen mecanico de bicicletas. Aqui en el Albergue de la juventud tuvimos que hacer uso de nuestra mosquitera y conocimos a Fadel y a Fred (un guia mauritano y un viajero parisino) en cuya copania pudimos degustar nuestro primer plato de foufou, una masa compacta a base de harina de maiz que comen en Ghana.

Desde Nouakchott.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Mas de 4.000 km.....toma ya¡¡.No esperabamos noticias vuestras tan pronto en Mauritania. Nos alegramos. Tampoco sabíamos que habia cabras con tantas ansias de aprender idiomas. Besos, Yoli.

Anónimo dijo...

AUPA DUENDES VIAJESROS!ESTER

Alex dijo...

Enhorabuena por haber superado esa tormenta, me imagino que tuvo ser un momento durillo, aunque bonito y emocionante a la vez.
Animo y mucha suerte!
Animo Pardinus! tu puedes con eso y mucho mas! jeje
un besote

Anónimo dijo...

vender las bicis, compraros un camello y tiras para adelante!!! jojo

Anónimo dijo...

!Animo¡ !Animo¡ y !Animo¡

El del sofá

YO

Anónimo dijo...

Hola Nuria y compañia por mediación de Ignacio me he enterado de vuestra aventura y solo puedo deciros que adelante, y que tengas toda la suerte del mundo. Un saludo Jose (Vodafone)

Anónimo dijo...

quien es el hombre del sofá??
la mujer de la silla

Anónimo dijo...

Mujer de la silla, no te voy a decir quién soy.
"Identificate" o por lo menos dame una "pisteja"
Besos a los pedalenates que es lo más importante.
El del sofa.
YO