lunes, 23 de julio de 2007

St. Louis - Dakar

St. Louis - Kebemer - Thies - Dakar
Dias del 77 al 80
Total: 272,00 km

Total acumulado: 4632,69 km

Dejamos Saint Louis con el pensamiento de que algun dia volveremos, hay muchas cosas que hemos dejado para la proxima vez, además nos gustara volver a ver a Assan y el resto de amigos sin los examenes de acceso a la universidad de por medio. Una de las muchas cosas que dejamos para la vuelta es una detenida visita al parque de la Langue de Barbarie, que dejamos atrás a nuestra salida de la ciudad.

La carretera que recorremos dirección Dakar transcurre paralela, en sus primeros kilometros, a una especie de "autopista" de carros tirados por caballos, que hacen la funcion de camiones de transporte de mercancias, de personas... y todo lo fue se os pueda ocurrir. Ademas, durante todo este camino disfrutamos de la fauna y flora que la sabana nos ofrece, que es mucho mas agradecida que la del desierto. Tambien, hemos recuperado, entre otras muchas cosas, el desayuno a media mañana a la sombra de un arbol. Aunque esto tambien tiene sus puntos negativos, ya que nos costo encontrar un lugar tranquilo para acampar, aquí hay pueblos cada 5 km o incluso menos y acercarse a ellos supone tener que torear todo tipo de peticiones por parte de sus pobladores, pensabamos que en Senegal iban a ser mas hospitalarios.

El dia que llegamos a Thies paramos a comer en una especie de restaurante clandestino en Tivaouane, en realidad no era clandestino sino que los bomberos habian decidido adoptarlo como cocina oficial y las dueñas habian cerrado satisfechas con los ingresos que esto les proporciona. Nuestra cicerone en el restaurante fue Neyde, una joven de 18 años que nos pidio que le regalasemos todas las cosas que teniamos a la vista y lo que no veia, pero suponía que teniamos, que se lo enviaramos desde España. Llegamos a Thies bien entrada la tarde, descansamos y nos mentalizabamos para la entrada a la gran ciudad, al dia siguiente llegariamos a Dakar.

Pout es un pueblo en el camino, cuya principal actividad económica gira en torno a estos puestos de mangos gue podeis ver en la foto. Cuando un vehiculo para, todas las mujeres de los puestos cercanos corren hacia el con uno de estos barreños repletos de mangos, y cuyo contenido cuesta aproximadamente 1€, nos comimos uno a vuestra salud.

Los ultimos 30 km son un verdadero caos de trafico y obras, para salir de aquí los tendremos que desandar, ya que Dakar se encuentra en una peninsula. Lamentablemente no pudimos emular la romantica entrada de los conductores del Paris-Dakar conduciendo a toda velocidad por la playa hacia el lago rosa y aniquilando animales y, en el menor de los casos, personas a su paso. Dakar nos recibió con los brazos abiertos, queriamos ser especiales y salir de aquí con todas nuestras pertenencias, no lo conseguiremos, nos falta una brujula que unos maleantes consiguieron sisarnos sin mucho disimulo. Nos gusta pensar que servira para que algun cayuco no se pierda en las aguas del Atlantico.

Después del letargo dominical, el lunes Dakar despertó bulliciosa como gran ciudad que es. "Alla donde fueres haz lo que vieres", es por eso que en Marruecos desayunabamos en las patiseries, aquí estas quedan para los turistas, el desayuno se sirve en la calle, poco menos de 1€ por un café con leche y media baguette con tortilla. Ese lunes bullicioso nos tocaba pelear en las embajadas para obtener visados y no conseguimos ni el apoyo de la embajada española (nos ayudaron muchisimo mas en la francesa, habra que pensarse un cambio de nacionalidad) ni el de algunos conocidos en Dakar. Aunque las grandes ciudades no son santo de nuestra devoción, nos quedan por aquí unos cuantos dias de gestión de visados y de puesta a punto de bicicletas.

Desde Dakar.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

PS: Phileas Fogg pudo dar la vuelta al mundo en 80 dias en el libro de Verne, nosotros solo hemos podido completar la cuarta parte de todo nuestro recorrido en nuestro dia 80 de viaje.

jueves, 19 de julio de 2007

Nouakchott - St. Louis

Nouakchott - desierto - desierto - sabana - St. Louis
Dias del 71 al 76
Total: 316,30 km

Total acumulado: 4360,69 km

Siguiendo el camino de Nouakchott hacia el sur el ecosistema cambia ligeramente y, entre las dunas, se puede ver algun arbol, pero no se pierde del todo la montonia del desierto, su arena y la ausencia de gente, de hecho solo hay un sitio donde repostar en 200 Km. Ya hemos aprendido que lo mejor para ciclear el desierto es salir pronto por la mañana y buscar un pequeño "restaurante" o una casa para descansar en las horas de mas calor. Asi, buscabamos una sombra para comer y nos paramos en una aldea repleta de niños, preguntamos a los mayores si aqui nos podrian preparar algo para comer, pero despues de una hora haciendo un improvisado taller teatral con los niños, nos dimos cuenta de que hay veces que el lenguaje universal no funciona y nos tuvimos que marchar.

Por suerte, unos pocos kilómetros mas adelante, encontramos una familia de domingueros que estaba haciendo las vacaciones en "la haima de campo". Hicimos con ellos lo que un dominguero mauritano hace (que no esta muy lejos de lo que hacen los españoles), comer, jugar al futbol, cantar, ir a por agua al pozo... nos convencieron para quedarnos a dormir y antes de la cena improvisaron una pequeña fiesta en nuestro honor. Antes de dormir tuvimos que vernoslas con otro aprendiz de Vito Corleone (en Mauritania hay muchos), gracias a que uno de los miembros de la familia nos advirtió que no debiamos soltar un duro, ya que eramos los invitados de la suegra, pudimos hacerle frente sin miramientos y salir victoriosos.

Al dia siguiente, para evitar tener que lidiar con mas mafiosos buscamos un poco de soledad, por la noche no nos salio bien. Antes de acampar en un oasis con palmeras repletas de datiles, tres jovenes primos de una aldea cercana nos invitaron a dormir en su casa familiar de campo. Desde un principio, el pequeño, superdotado y mas repelente de todos, nos dijo en un correctisimo inglés que no nos pedirian nada a cambio... Se referia a nada material. Despues de lavarnos, accedimos a compartir con ellos su momento de rezo, y entonces comenzo su chantaje psicológico. Para que os hagais una idea, teniamos que convertirnos al Islam para poder tomar el te y unos datiles con ellos, nos "invitaron amablemente" al bautismo que, todo lo amablemente que pudimos, rechazamos. Huimos despavoridos a dormir.


Llegamos a Rosso Mauritania con dos objetivos: uno dejar definitivamente Mauritania y otro, si recordais, buscar a la mujer de Hamdy (Fatimetou) para entregarle sus fotos y retratarla a ella y a su hijo para enviar las fotos al padre. El contacto que nos habia dado Hamdy era Mohammed, un antipatiquisimo funcionario mauritano tio de su mujer. El recibió las fotos de mala gana y nos dijo que era imposible encontrar a Fatimetou en la villa. Intentamos que nos ayudara con el cruce de la frontera o con información del estado del cambio de moneda; no hizo ninguna de las dos cosas.

Por fin, despues de esquivar los intentos de timo de la corrupta policia fronteriza mauritana, cruzamos el rio Senegal para llegar al pais del mismo nombre. No merecia la pena pasar la noche en Rosso Senegal, asi que continuamos para quitarnos algunos kilometros del dia siguiente. Dormimos en medio de la sabana, el ecosistema que nos va a acompañar a partir de ahora.

Llegamos a Saint Louis, después de 70 km, a la hora de comer. Esta ciudad es el primer asentamiento colonial frances en Africa. Enclavada en una isla en medio del rio Senegal cerca de su desembocadura, accedimos a ella por el puente Faidherve, diseñado por Gustav Eiffel para cruzar el Danubio y, casi por accidente hicimos unos buenos amigos que, encabezados por Assam nos llevaron a la playa a jugar al futbol y a dar un paseo por la ciudad.



Desde Saint Louis.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

Mauritania

El pais de la arena y el viento.

Si, efectivamente estas dos características han hecho especialmente dura la travesía de Mauritania. No ha sido un pais facil, ya que el 80 por ciento es desierto.

Muchos subsaharianos que quieren viajar a Europa se quedan estancados en este pais, a la espera de un visado que probablemente no llegue nunca o de una patera que pueda llegar con éxito a las Canarias. Esto, y muchas otras cosas, lo convierten en un pais de transición entre El Magreb y el Africa negra, tomando, en muchos casos, lo mejor de la segunda y lo peor del primero.

Aqui el camello es un animal sagrado, su leche es purificadora de pecados y su carne una delicia entre los locales. Es el animal que el profeta Mohammed utilizaba para sus viajes, y dicen los mauritanos que antes de irse a dormir debe comer de 99 arbustos diferentes, como 99 son los nombres de Ala. Como veis sigue siendo esta una sociedad excesivamente influida por la religion. Cuando, en alguna ocasión, hemos hablado tranquilamente y hemos expuesto nuestros puntos de vista sobre algunas cuestiones, se han reido diciendo que confiamos demasiado en la ciencia... Si conocieran a alguno que nosotros sabemos.

El te en Mauritania exige una verdadera ceremonia, se prepara con dos teteras, tres vasos y una bombona de butano. Primero beben los hombres, despues las mujeres y por ultimo la persona que prepara el te, y esto se repite por tres veces. Es mucho mejor que el de Marruecos y es lo mejor que tiene Mauritania.

Por ultimo contaros que las mujeres siguen vistiendo la melafa al igual que en Marruecos, pero son un poco mas inaccesibles, y los hombres visten el tarra, un traje amplio azul o blanco con ornamentaciones doradas.

Desde Saint Louis.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

viernes, 13 de julio de 2007

Nouadhibou - Nouakchott

Nouadhibou - Puesto fronterizo mauritano - Bou Lanoire - Desierto - Nouakchott
Dias del 65 al 70
Total bici: 222,02 km
Total camion: 248,00 km

Total acumulado: 4.044,39 km

Nouadhibou es la ciudad del todo a cien, desde un kilo de mangos hasta una hora de conexion a internet cuesta 200 ougiyas, el equivalente a 20 de nuestros antiguos duros. Aqui completamos nuestro lote de viveres y cenamos en uno de los multiples restaurantes que poseen senegaleses y guineanos en la ciudad y, antes de irnos a dormir, hablamos con el duenio del camping Amex, un cruce entre el Padrino y el pirata Barbanegra. Le cambiamos algunos de nuestros preciados euros, ya que en Mauritania es imposible utilizar una tarjeta de credito para obtener dinero en efectivo, y charlamos con el sobre la ruta que ibamos a seguir. El venia del puesto fronterizo mauritano, por donde teniamos que volver a pasar camino de Nouakchott, y nos recomendo esperar un dia mas antes de salir, ya que los vientos estaban provocando tormentas de arena en la peninsula. Viniendo el consejo del duenio de camping decidimos pasarlo por alto; a la maniana siguiente comprobamos que el pirata tenia razon y un fuerte viento acompaniado de fina arena soplo contra nosotros toda la maniana. En nuestro camino nos cruzamos con el tren mas largo del mundo (2.8 interminables kilometros de vagones) que hace el trayecto entre Nouadhibou y Zouerat y apuntamos una nueva rotura de radios en la lista de Pardinus. A las 11 pasabamos el puesto fronterizo mauritano y comenzaba a hacer mucho calor, eso hizo que respondieramos a la llamada de Fatimetou, una joven saharaui con una vida familiar bastante ajetreada. Nos invito a quedarnos en su casa el tiempo que quisieramos. Intentamos reparar el radio con poca fortuna, ya que no tenemos con nosotros la llave allen para cambiar piniones (tenemos que hacernos con una). Decidimos descansar el resto del dia con nuestra nueva amiga y sus voraces cabras, que nada mas llegar se comieron nuestras dos barras de pan y el unico platano que nos quedaba, mas tarde, debido a un despiste de Ivan, dieron buena cuenta del unico entretenimiento de la saharaui, un pequenio diccionario arabe - frances.

Tomando leche de camella con el resto de la familia antes de irnos a dormir, las opiniones eran dispares sobre si conseguiriamos arreglar nuestra averia en Bou Lanoire o no. El viento amanecio mas calmado al dia siguiente y llegamos pronto a Bou Lanoire, un pueblo que esta siendo engullido literalmente por una duna. Alli solo hay un mecanico, y nunca en su larga vida habia reparado una bicicleta. Intento fabricar una herramienta para extraer los piniones, pero le fue imposible emular una llave allen de gran tamanio. Teniamos dos opciones: seguir con la esperanza de que la rueda aguantara o parar un vehiculo a motor y subirnos. El joven mago de Mali que regentaba el Alberge nos predijo que cogeriamos un camion; tentando al destino, esperanzados y con el viento a favor, el miercoles le soltamos los frenos traseros a Pardinus y continuamos el viaje. 80 kilometros mas adelante nos sorprendio una tormenta de arena especialmente violenta, tal vez lo mejor hubiera sido parar, pero un viento de unos 50 km/h levantaba la arena por encima de nuestras cabezas y nos golpeaba con fuerza, en esas circustancias nos era imposible montar la tienda de campania. Asi que tuvimos que continuar hasta la siguiente haima en el camino donde pasar la noche al refugio de la tormenta.

La sorpresa al dia siguiente fue que la tormenta continuaba, atenuada por la humedad de la noche, pero el viento habia cambiado y soplaba en nuestra contra. Se acercaba la hora en la que el calor del desierto nos obliga a parar y solo habiamos avanzado 30 km, Ala nos envio a Mohammed y a Ismail, que no nos permitieron continuar el camino en esas condiciones y nos subieron a nosotros y nuestras bicicletas a su enorme camion vacio; cumpliendo las predicciones del mago de Mali. Vestidos de ciclistas y haciendonos pasar por trabajadores de Rio Narcea Gold Mines, para evitar suspicacias y sobornos a la policia mauritana, continuamos el viaje hasta Nouakchott.

A esta caotica ciudad llegamos con la rueda trasera de Pardinus en las ultimas y con el deseo, que se ha visto cumplido, de encontrar un buen mecanico de bicicletas. Aqui en el Albergue de la juventud tuvimos que hacer uso de nuestra mosquitera y conocimos a Fadel y a Fred (un guia mauritano y un viajero parisino) en cuya copania pudimos degustar nuestro primer plato de foufou, una masa compacta a base de harina de maiz que comen en Ghana.

Desde Nouakchott.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

domingo, 8 de julio de 2007

Sahara Occidental


En muchos de sus aspectos el Sahara ha asumido la personalidad de su ultimo invasor, Marruecos. Y es este estado de ocupación el que mas nos ha llamado la atencion en el pais saharaui.
Poseer o exhibir la bandera de la Republica Saharaui esta prohibido, aunque evitar que aparezca aquí es imposible. Los saharauis que tienen familia en Tinduf y quieran ir a visitarles no pueden hacerlo por la carretera que va directamente hasta estos campos de refugiados, deben descender hasta Mauritania y volver a subir por el pais vecino hasta Argelia. El Sahara vive en un estado policial y militar, a la entrada y salida de cada ciudad el viajero encontrara un control como si cambiara de pais.
Muchos saharauis hablan español ya que, debido a su estatus de antigua colonia española, en muchos colegios todavía se estudia esta lengua. Se puede diferenciar al marroquí del saharaui por el saludo que daran al visitante, asi el primero nos recibe con un soberbio "Bienvenido a Marruecos", mientras el segundo dara la bienvenida al Sahara o a la ciudad en que se encuentre.
En cualquier caso y lamentablemente, el Sahara es una tierra de gentes tristes, unos lo estan, como es logico, por haber sido ocupados durante tanto tiempo por distintas potencias. Los otros por haber renunciado a estan cerca de sus casas a cambio de exenciones fiscales y otras ventajas que tienen como objeto la ocupación sobre un pueblo que merece, de una vez por todas, la oportunidad de decidir sobre su propio destino.
Desde Nouadhibou.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

sábado, 7 de julio de 2007

Laayoune - Nouadhibou

Laayoune - Dakhla - Nouadhibou
Dias del 58 al 64
Total: 930 km

Total acumulado: 3.574,37km


Supimos encontrar un poco del encanto de Laayoune y, en nuestros dias de reposo, disfrutamos de una deliciosa Patiserie, ya sabeis de nuestro vicio por estos lugares, de una fantástica puesta de sol junto al rio que separa a Laayoune de las dunas, donde vienen a descansar una buena cantidad de flamencos que vuelan como lanzas rosadas hacia el sol, y descubrimos la Asociación de Jovenes Marroquís. Aquí conseguimos hablar con su presidente para intentar realizar un ansiado taller de teatro, pero los chavales se marchaban de campamento y no fue posible, hubiera sido muy interesante un taller con chavales marroquís en terreno saharaui con el arabe como unico idioma. En sus entrañas, la asociación escondia una perla, una gigantesca piscina de realización española donde nos refrescamos del calor que estos dias esta haciendo en el Sahara.
De madrugada viajamos en un autobus ultimo modelo a Dakhla, solventando en una noche los aproximadamente 520 km que de otra manera nos hubiera llevado mas de una semana de caluroso y ventoso desierto. En la oscuridad de la noche y tras la ventanilla aparecian unas dunas colosales mas altas que el autobus.

Vimos un esplendido amanecer en Dakhla, donde debiamos esperar a que entrara en vigor nuestro visado para Mauritania. Además estos dias nos tenian que servir para dar con un guia que nos deposite en Nouadhibou sanos y salvos mas alla de los campos minados que hay en la frontera. El hotel Sahara, donde nos alojamos, es un buen lugar para encontrar este tipo de información.
Dakhla es una ciudad que esta situada en una peninsula de 34 km de longitud y 2 km de anchura y, pese a que pueda parecer lo conario, No es del todo facil orientarse en ella.

Con el objetivo de romper la tediosa espera aquí, el viernes salimos de excursion hasta el faro que dejaron los españoles en el Cabo Durnford, para nuestra sorpresa tenia unos paneles solares que indicaban que seguia en funcionamiento. Ademas, un tipo con unos enormes dientes amarillos que vivia entre la basura de una semi-deruida construccion aneja asi nos lo corroboro, para acercarnos al faro tuvimos que zafarnos de su perro guardian a base de pedradas intimidatorias (vamos que no tirabamos a dar).
A nuestro regreso a la ciudad nos esperaba una buena noticia, un coche salia al dia siguiente a Mauritania, dia en que entraba en vigor nuestro visado, 07/07/07.
A las cuatro de la mañana y despues de cargar una furgoneta Citroen C15 con Pardinus, Adalberti y todos nuestros bartulos comenzamos el viaje de mas de 400km hasta Mauritania. En el puesto aduanero marroquí perdimos mas tiempo del necesario esperando que sellaran el pasaporte de nuestro chofer, aunque gracias a el y sus "sobornos" nos pudimos librar de un par de controles en el camino que hubieran ralentizado mas nuestro camino hacia Mauritania. Entre Marruecos y Mauritania hay 4 km de pista, en deplorable estado, en terreno de nadie. Además de minas, en esta zona se puede encontrar un alegal mercado de vehículos de segunda mano aunque de primera clase y otros muchos abandonados.
Afortunadamente en el puesto fronterizo mauritano fueron mas diligentes y no nos entretuvieron mas de 10 minutos. 50 km mas tarde llegamos a Nouadhibou, el salto entre estos dos paises es mucho mayor que el que dimos al cruzar el estrecho. La primera impresión al pasear por las calles de esta ciudad es como si todo el mundo hubiera tenido que abandonarla con urgencia, dejando tras de si casas a medio construir, cabras sueltas, coches abandonados y comercios cerrados, tal vez sea porque es sabado. Por suerte encontramos un restaurante guineano donde poder comer dos platos de arroz con pescado y verduras por algo menos de 1,5 €, y es que, como punto positivo, esta ciudad es verdaderamente multicultural, desde el prisma africano, por supuesto.


Desde Nouadhibou.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.

domingo, 1 de julio de 2007

Guelmime - Laayoune

Guelmime - Tan Tan - El Ouida - Sidi Akhfennir - Desierto - Tarfaya - Laayoune
Dias del 51 al 57
Total: 463,37 km

Total acumulado: 2.632,37 km

Nuestro primer dia en el desierto tuvimos suerte, en Guelmime el dia amanecio nublado, incluso chispeaba en los primeros kilómetros que recorrimos en el Sahara. Asi, sorprendidos con el clima pudimos alcanzar Tan Tan en solo una jornada.


Unos 20 km antes de llegar a la ciudad de Tan Tan cruzamos lo mas parecido hasta el momento con la frontera entre Marruecos y el Sahara Occidental. Un exhaustivo control policial a todos los vehículos que seguian la ruta y que mas alla de Tan Tan tendriamos que pasar otras veces. Una vez en la ciudad se hace patente la ausencia de turistas en estas zonas y si alguien quiere disfrutar de la algarabia de una ciudad que es alto en el camino en el desierto, tiene que pasar por aqui. Desde donde solo 25km nos separaban de la playa donde hicimos un pequeño descanso.

En El Ouida, la playa de Tan Tan, se estan preparando para la llegada de las vacaciones en Marruecos. Asi el camping Sable D`or lo hacia con una ampliación, aunque esto no fue obstáculo para que los dos empleados, Hamdy, un mauritano de Rosso, y Mouloud, un cocinero saharaui, nos hicieran sentir como en casa. Cuando Hamdy supo que pasaremos por Rosso, donde viven su mujer y su hijo de 1 año, nos encargo hacerle una foto que mas tarde se convirtió en un book fotografico. Es gratiticante poder unir por unos instantes a una familia separada por la distancia, ejerciendo de carteros un tanto especiales. Asi nuestro viaje continuó con una motivación mas camino de Tarfaya, donde conoceriamos la historia de otros carteros de antaño.

El 29 de Junio, tras una dura etapa de viento en contra y la rotura de dos radios en la maltrecha rueda trasera de Pardinus, llegamos al puerto pesquero de Tarfaya, antes Cavo Juby. En esta zona costera del Sahara son comunes estos fuertes vientos y la formación de bancos de niebla, factores que juntos han provocado naufragios de muchas embarcaciones. Uno de los primeros exploradores del Sahara fue James Riley, obligado a esta hazaña por el naufragio del barco que capitaneaba. Tarfaya es una pequeña villa con dos calles asfaltadas y otras cubiertas por la arena de las dunas. Hay dos hoteles, una impresionante playa y un ambiente amigable. Cerca del dique entre las olas, esta la fortaleza española de Casamar, donde hoy jovenes como Ali, que nos invito aun te mientras charlabamos, juegan al futbol o salen en patera hacia la cercana isla de Fuerteventura (el ya lo ha intentado tres veces).

En esta ciudad, hay un museo dedicado a Antoine de Saint-Exupery y sus compañeros del aeropostal, que en una epoca en que internet era inimaginable, hicieron la comunicación postal posible entre Europa, Africa y America del Sur por medio de avionetas de helices. Saint-Exupery fue uno de sus pilotos, cuando hacia el servicio de correo aereo entre Toulouse y Dakar, una de sus escalas era en Tarfaya. Mas tarde seria destinado aquí como responsable de logistica de aeropostal. Suponemos que, como Peter Pan, no haber perdido su alma de niño y el haber pasado tanto tiempo en las nubes le hicieron capaz de escribir una obra como El Principito.


Casi 500 km en el desierto dan para cruzarse con dromedarios, con dunas tan grandes que se nos olvidan que estan formadas por diminutos granos de arena, y con un par de desembocaduras de rios que sorprendentemente llevan agua. Pero la hammada nos mostro tambien su lado negativo, una pequeña insolacion y un viento constante que hace que nos llevemos en nuestras alforjas parte de las dunas. Viniendo de Madrid nos resulta sobrecogedor no encontrar un alma en 100km a la redonda.

Aunque es algo por todos sabido, no dejan de sorprender la fauna y flora del desierto, en la primera sus colores abarcan toda la gama del marron y el amarillo, de donde mas les vale no salirse, asi muchas veces nos cuesta distinguir en las dunas a las alondras, ratones y zorros. En cuanto a la flora, fotografiamos un ejemplo de como se las apanian aqui los vegetales para almacenar el agua y florecer.


Ayer llegamos a Laayoune, una ciudad sin mucho encanto, donde se respira un ambiente de ocupación, debido a la presencia de innumerables militares marroquís y de observadores de la ONU. Aquí vamos a descansar unos dias y a engordar unos kilos antes de coger un autobus a Dakhla.

Desde Laayoune.
Que el viento sople siempre a vuestro favor.
Nuria e Ivan.